Visita a la Bodega Gutiérrez de la Vega

La emoción a flor de piel

Después de casi cuatro horas, salir de la visita a la bodega y percibir la emoción en todos y cada uno de los que allí estuvimos, ¡no tiene precio!

Satisfacción doble, por una parte por ser el impulsor y organizador de la visita a esta bodega junto con un grupo de “enoentusiastas” “enochalados” o “viciosillos del vino”, como nos quieras llamar. Y por la otra por propio placer, por haber disfrutado de la visita de manera integral. Por las cuidadas y bonitas instalaciones, por la interesante y reveladora conversación con Felipe Gutiérrez y por haber tenido la oportunidad de catar todos los vinos, que no son pocos, de la bodega y haberlos disfrutado en plenitud.

Nos acompaña en la visita el propio Felipe Gutíérrez de la Vega y nos va contando…

Sus orígenes

En los años 70 la familia formada por Felipe Gutiérrez y su mujer Pilar Sapena, natural ésta de Jávea, se trasladaron a una antigua casa de campo de Pilar con la intención de retomar la actividad vinícola que los antepasados de Pilar habían desarrollado en la Finca.

Felipe ex-militar de la Marina y posterior funcionario de hacienda, cambió su modus vivendi por ser viticultor y bodeguero. En un principio con la única intención de destinarlo para el consumo exclusivamente familiar, más adelante para lanzarse a su comercialización.

En la actualidad, sus hijos también están implicados en el negocio familiar. Su hijo Felipe es el director comercial, Violeta es la enóloga y Clara lleva la administración.

La actual bodega en Parcent

Diseñada y proyectada en 1982 por Felipe y Pilar, rezuma el buen gusto por doquier. Han rehabilitado esta antigua almazara de Parcent con un diseño mediterráneo y reminiscencias árabes.

Dispone de las instalaciones necesarias propias para la elaboración y conservación de vinos pero resultan especialmente destacables, por su cuidado diseño y bonita estética, la gran cocina y salón en la que poder organizar eventos para la promoción propia de la bodega, así como el encantador patio interior de decoración morisca.

La sala de barricas

El grueso de la visita transcurrió en la sala de barricas catando todos los vinos que allí alberga en las casi trescientas. Enterrada a seis metros bajo tierra es capaz de mantener una temperatura constante de 14 ºC durante todo el año. De hecho hubo quien necesitó de una chaqueta para acomodar su confort térmico, a pesar de los casi 40ºC del exterior.

Con la intención de minimizar los efectos de la actividad magnética sobre los vinos, especialmente de los tintos, ha distribuido la sala en dos pasillos en función de las líneas del campo magnético de la tierra.

Firme apuesta por las variedades autóctonas

Empeñados en recuperar las variedades de uva autóctona. La Monastrell de la Sierra de Salinas a una altitud media de 700 metros y suelos calizos con gran contraste térmico que propicia altos polifenoles. La uva moscatel y la giró más cercanas, de la Marina Alta.

Para la crianza de sus vinos se decantan por barricas de roble francés y americano como casi todas las bodegas, pero también por barricas de roble húngaro que según Felipe funcionan muy bien con la variedad de uva monastrell y también por barricas caucásicas.

Felipe Gutiérrez, un hombre de espíritu renacentista

Podríamos decir que Felipe es un hombre del renacimiento, es todo un apasionado del arte y la cultura y esto se refleja en el nombre de los vinos, en las etiquetas… Su afición y conocimiento por la música, literatura, pintura e historia trasciende a sus vinos. Felipe derrama conocimiento y sabiduría

Su tinto “Rojo y Negro” está elaborado con la autóctona giró de una parcela de la solana de Xaló plantada en 1954. Evoca a la novela de Stendhal de nombre homónimo

“Principe de Salinas” tinto joven monovarietal de monastrell que toma su nombre de un personaje de “El Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

“Ulises” por la celebérrima novela de James Joyce. Coupage de Syrah, Giró y Monastrell.

“Casta Diva Furtiva Lágrima” monovarietal de moscatel elaborado en dulce. Su nombre proviene de la famosa aria de la ópera Norma de Bellini.

“Imagine” por la cada vez más utópica canción de John Lenon. Cepas viejas de giró de más de 70 años de una sóla viña ubicada en Masserof en la Sierra de El Ferrer y un pequño porcentaje de merseguera.

“Tambourine” por la exitosa canción de Bob Dylan. Monovarietal de Syrah

Ilustraciones pictóricas diversas, como podemos encontrar en el Casta Diva dulce ilustrado con la imagen de La Dama con Armiño de Leonardo Da Vinci, etc. 

Crítico con la denominación de origen hasta el punto de abandonarla

La Denominación de Origen Protegida Vinos de Alicante no admite su estilo de Fondillón basado en el método de la Huerta de Alicante por contener más azúcar residual que el actualmente permitido. Tampoco que defienda la Giró como uva autóctona diferenciada de la Garnacha. Éstas y otras diferencias han provocado que Bodegas Gutiérrez de la Vega en la actualidad esté fuera de la D.O.

La D.O.P. Vinos de Alicante pierde a un productor extraordinario y firme defensor de lo autóctono en pro de elaboraciones masivas, de vinos sin personalidad alguna, amparando en algunos casos la mediocridad frente a la singularidad. ¿Alguien puede entenderlo?

De todas formas no es un hecho insólito en la D.O. Alicante también podemos encontrar casos como El Celler de la Muntanya, Bernabé y Navarro…. Y también está sucediendo en otras muchas D.O.’s como en Cava, Rueda, Rioja y un largo etc.

Fondillón como vino único

Empezando por que es un vino de los pocos en el mundo con nombre propio.

Es el vino más singular y representativo de Alicante. Noble, de estilo rancio, elaborado con uvas de la variedad monastrell de los viñedos más viejos, en crianza oxidativa siguiendo el método de criaderas y soleras. Su alta graduación se consigue naturalmente gracias a la sobremaduración de las uvas en la propia cepa.

Este vino goza de gran prestigio desde bien antiguo. Frecuentemente acompañaba a las expediciones oceánicas de los navegantes españoles, como en la vuelta al mundo de Elcano y Magallanes. Desde el puerto de Alicante numerosos barcos partían a todo el mundo, para comerciar con el Fondillón. Es conocida la anécdota de que Luis XIV de Francia (“El Rey Sol”) gustaba tomar bizcochos mojados en Fondillón.

Es un vino singular y único porque debe ser elaborado con viñedo viejo de monastrell de escaso rendimiento, además de necesitar largo tiempo de crianza. Por todo ello, estamos ante toda una rareza, ante una auténtica joya enológica, única y singular en el mundo. Un vino muy auténtico.

Método del Fondillón en GdV

El Fondillón nació en la extinta “Huerta Alicantina” y posteriormente se extendió a la comarca del Vinalopó, dónde actualmente se encuentra la mayoría de su producción. Los fondillones del Vinalopó difieren de los de la Huerta de Alicante en cuanto a elaboración y crianza y, lógicamente, en su resultado final. La diferencia principal radica en el tiempo de maceración de los hollejos, a los elaborados en la comarca del Vinalopó se les extraen los hollejos poco después del inicio de la fermentación, en cambio en la Huerta de Alicante los orujos permanecen durante un periodo comprendido entre 20 y 30 días.

En Bodegas Gutiérrez de la Vega siguen el método de elaboración del fondillón de la Huerta de Alicante al considerarlo el método auténtico, de mejor conservación y de mejor sabor, pero introduciendo ciertos cambios. Una vez la uva ha alcanzado el grado de azúcar necesario, estrangulan el racimo en la vid para recolectarlo posteriormente una vez se ha efectuado su pasificación. Los Fondillones jóvenes se crían en barricas de 225 litros a temperatura y humedad constante durante todo el año. En cambio los Fondillones que están en proceso de envejecimiento tienen su criadera en superficie con barriles de distintas capacidades y con diferencias de temperatura entre las estaciones y también entre el día y la noche.

Los fondillones de Gutiérrez de la Vega resultan más frutales, densos, con más color y más golosos que los Fondillones de más largo enranciamiento. Consigue un extraordinario equilibrio entre las notas de oxidación con las notas frutales.

Cata de vinos sobre la marcha de la visita

A pesar de su escasa producción, unas 120.000 botellas anuales, ofrece una gran diversidad de vinos distintos, lo que lógicamente conlleva que sus producciones sean escasísimas.

Empezamos catando toda su gama de vinos secos o tranquilos. Casta Diva 2014 Cosecha Dorada y una tanda de tres cosechas distintas del Tío Raimundo (en homenaje al tío de su mujer, con quién Felipe se inició en el mundo del vino). Un curiosísimo y novedoso moscatel seco con crianza bajo velo de flor, que seguro dará que hablar. Continuamos con los tintos, Rojo y Negro 2010, Imagine 2007, Tamburine 2011, y Príncipe de Salinas 2010. Todos ellos buenos vinos con la característica común de respeto por la variedad y la ausencia de maquillajes provenientes de la madera.

Pero cuando realmente alcanza el Cénit esta bodega es en la elaboración de vinos dulces, tanto en moscatel, como en monastrell. Tal vez de los mejores de España. ¡Espectaculares!

Por decisión de Felipe empezamos con los tintos dulces.

Recondita armonía 2010. El básico de Monastrell de la bodega. Toda una declaración de intenciones respecto lo que esta bodega puede ofrecer en esta gama, un joven prometedor que de no ser embotellado hubiese podido llegar a Fondillón. Dulce comedido, frutal, pero liviano gracias a su equilibrada acidez.

Recondita armonía Fondillón 2003. Gama intermedia de vejez. Tremenda nariz, exuberante diría yo. Frutas negras compotadas, higos secos, uvas pasas, algarrobas y un tenue fondo de aceitunas negras maceradas. En boca se muestra denso, sabroso, con cierta potencia pero de golosidad equilibrada. Largo y persistente. ¡Tremendo!

Recondita armonía Fondillón 1987. La última añada comercializada en la actualidad. Bonito color cereza granate con algún destello atejado. Intensa nariz en la que, junto con los recuerdos de frutas pasas, puedes encontrar notas de chocolate negro, torrefactos y caramelo quemado, todo ellos sobre un fondo de notas balsámicas mentoladas. En boca muestra potencia, densidad y ese punto dulce comedido gracias a su acertada acidez. Muy largo y persistente.

Seguimos con los moscateles dulces.

Su básico Furtiva lágrima 2014. Moscatel romano de Teulada y Moraira proveniente de viñedos de 40 años de edad de promedio. Criado 4 meses en depósitos de acero inoxidable. Amarillo claro con destellos verdosos. Nariz cítrica y auvada (uva mesa). En boca es ligero, fresco y con un final dulce. ¡Menudo básico!

Casta Diva Cosecha Miel 2013. Moscatel romano de un viñedo de 40 años de edad localizado en Jávea. Fermentado en bárrica con adición de alcohol vínico cuando alcanza el nivel de azúcar residual deseado. Crianza de 13 meses en barricas de roble francés, húngaro y americano. A la vista presenta un color amarillo dorado. En nariz es intenso, muy aromático, caramelo de límón, flor de azahar, pétalos de rosa, notas avainilladas, todo ello sobre un fondo amielado. En boca presenta cierta densidad, comedido dulzor y en conjunto resulta fresco. Notable recorrido y longitud.

Casta Diva La Diva 2010 Vendimía Tardia. Viñedos ubicados en Teulada y Moraira. La vendimia se realiza entre mitad de octubre y principios de noviembre, cuando la uva está pasificada. La fermentación se realiza en barriles de roble de 300 litros, parándose ésta debido a su contenido en azúcares. Se envejece durante 12 meses en barricas de roble francés. A la vista presenta un color ámbar intenso. Muy aromático, cítricos escarchados, flores blancas marchitas y un fondo de níspero en almíbar. En boca es sabroso, denso con potencia y equilibrada acidez. Largo y persistente.

Casta Diva Reserva Real 2002. El paso del tiempo ha repercutido en su color pasando del amarillo dorado que fue en su día a un ámbar pronunciado. Nariz intensa, muy aromática a naranja escarchada, caramelo quemado, miel, vainilla y almendra tostada. La concentración le lleva a una mayor cantidad de azúcar residual, pero sigue en perfecto equilibrio, dulzor sin empalago, resulta muy fresco. Muy largo y persistente.

El ahora Casta Diva Reserva Real 2002 se sirvió como vino de postre en la boda de los entonces Príncipes de Asturias Don Felipe y Doña Leticia.

Esencial. La esencia de Casta Diva es un vino obtenido mediante la fermentación de moscatel totalmente pasificado. Producción escasísima. Rendimiento muy bajo, 800 kg de uva devengan apenas 80 litros de vino. Un vino tremendo en cuanto a concentración de aromas y con una equilibrada acidez que evita cualquier empalago, haciendo honor a su nombre es pura esencia. Exclusivo por escaso y por precio.

Cabaletta Blanco 2012. Producción limitada a unas 1500 botellas. Sin adición de licor de expedición ni tiraje que realiza su segunda fermentación en botella gracias a los 70 gramos de azúcar residual Delicioso y delicado espumoso natural de moscatel, expresivo y aromático con notas de limón escarchado y delicados recuerdos de panadería sobre un fondo de tomillo. En boca el carbónico está presente con una correcta integración y notable persistencia.

Agradecer a la bodega el trato recibido así como las facilidades para realizar la visita, en especial a Felipe Gutiérrez de la Vega quien nos acompañó y nos ofreció todo aquello que elabora y a Alberto Redrado del Restaurante L’Escaleta que fue quien facilitó la visita.

 

¿Quieres beber como un Rey?

 

Datos útiles:
Bodega Gutiérrez de la Vega
Cl Les Quintanes, 1
03792 Parcent
966.403.871
646.150.515