De tapeo por la ciudad de Dénia

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Fecha: 27 enero, 2015

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La insana costumbre del “no tapeo”

Pincho de tortilla en el Txoco Bar de DeniaDicen los entendidos en el tema que existen dos tipos de pecados: los de obra y los de omisión (los de pensamiento hoy no los cito intencionadamente por qué no vienen al caso). La gula entraría claramente en el primer grupo como pecado de obra y es sorprendente la gravedad que la Iglesia ha llegado a darle al mismo a lo largo de la historia hasta el punto de ser considerarlo uno de los siete pecados capitales. Yo, si me permito el pecar en alguna ocasión en el tema gastronómico, elijo claramente la obra antes que la omisión.

Dejando a un lado esa disertación irónica y trivial, aquello que sí me puedo reprochar (muchos deberíamos reprochárnoslo) es el hecho de no salir más por ahí “de tapeo”, un ejemplo éste de pecado de omisión. No es costumbre entre los valencianos aquello que parece inherente en las gentes de muchas otras tierras. He tenido la gran suerte de viajar por varias ciudades de nuestro país y he disfrutado de la sana costumbre de salir a tomar unos vinos, a tapear con los amigos. He sentido envidia de la sana, al ver los bares de Andalucía con sus barras repletas de gente y buenas viandas, al pasear por barrios y calles dedicados casi exclusivamente a ello: la zona del tubo en Zaragoza, la calle Laurel en Logroño, el barrio húmedo en León, el casco viejo en Bilbao… Cervezas, vermús, vinitos… y una gran selección de tapas y pinchos que hacen las delicias de la clientela variopinta que deambula de aquí para allá en medio de un ambiente eminentemente festivo e informal.

Vitrina de tapas en el Bar Bus de Denia

Sin embargo, el tapeo aquí no ha calado y eso que algún que otro intento de introducirlo ha habido. Muchas localidades, sus ayuntamientos y concejalías, las asociaciones de comerciantes… han promovido iniciativas a favor de ello pero no han llegado a asentarse ni contar con el éxito esperado ni por parte del comensal ni tampoco, en muchos de los casos, del propio hostelero, todo sea dicho. Aquí somos más de tomar asiento, de buscar mesa y comer o cenar en un único sitio. Nos perdemos mucho y, lo más triste de todo, no somos conscientes de aquello que nos estamos perdiendo: ese trato cercano con quien sirve tras la barra, ese agradecimiento cuando alguien te cede un cachito de ella, ese ser tú quien permites que otras personas se alojen también en ella, esa costumbre de estirar el brazo para alcanzar el servilletero o el tarrito de los mondadientes, ese “– Aquí pago yo, ya pagas tú la siguiente”, o aquel “– Pedid eso, que aquí lo bordan”, (aunque el resto de tapas no merezcan la pena)…

Vitrina de pescado fresco en el Bar Bus de Denia

Los viernes: día ideal para tapear

Me gusta especialmente salir a tapear los viernes por la noche. Afortunadamente mis obligaciones laborales semanales concluyen ese día, como también las de un buen puñado de suertudos con los que suelo coincidir en ese momento de la semana. Tomamos unas cervezas en algún garito más bien cutre del pueblo y acabamos cenando en algún bar o restaurante, con más o menos encanto, de mejor o peor calidad, según se tercie.

Los calamares del Tomassets en Denia De vez en cuando, eso sí, sobretodo esos viernes en los que la cuadrilla se ve reducida a pocos numerariosme gusta sugerir el plan de cenar por ahí, en la barra de tres o cuatro sitios distintos en los que sé que podemos comer muy dignamente y no acabar postrados ante la mesa de uno solo de ellos. Nos desplazamos a la vecina localidad de Dénia, los atractivos gastronómicos de la cual ya han sido realzados por mí en varias ocasiones y en los que hoy no procede redundar, y recorremos algunos sitios de los habituales. En esta ocasión, pero, sin tomar asiento en ninguno en concreto. Es muy significativo el hecho de que, en muchos de ellos, apenas cruzar el quicio de la puerta ya nos están preguntando: – ¿Mesa para cuántos? – No, mira – les contestamos – : hoy tomaremos algo en la barra – por lo cual muchas veces nos miran con cara de extrañeza. Gracioso y muy sintomático.

El bar bus: un buen sitio para comenzar la ruta

Es allí donde muchas veces iniciamos nuestro periplo dianense. Situado junto a la mismísima estación de autobuses, este bar ha sabido fidelizar su clientela con una acertada reforma hace unos años, un trato joven y profesional y una cocina mucho más que digna. Sus mesas están siempre llenas y hay que reservar en los fines de semana si uno no quiere arriesgarse a quedarse sin ella. La barra, sin embargo, aparece siempre poco concurrida.

Hueva de sepia en el Bar Bus de Denia

La carta muestra un gran número de tapas/raciones y constituye un buen muestrario de la cocina tradicional de la comarca y de la inigualable despensa que supone el estar asentados a la vera del mar Mediterráneo. Una preciosa vitrina exhibe pescados y mariscos que siempre gozan de gran frescura. En la ruta que he tomado como referencia para la redacción del presente post disfrutamos de unas excelentes ostras, unos erizosahora que estamos en plena temporada y unas huevas de sepia que, si bien podríamos calificar de extremadamente frescas, salieron un pelín pasadas de plancha. El ajetreo que se respira en la cocina provoca que, en un producto como éste, unos pocos segundos de más sobre él hagan que se pase. Aun así, estaban ricas. Las ostras y los erizos para llorar (de alegría, claro).

Ronda de ostras en el Bar Bus de Denia

Seguimos en el Txoco bar

Ambiente totalmente diferente. Aquí sí que acude una clientela más con la idea de tomar algo en la pequeña barra aunque también hay gente cenando siempre en sus mesas. El local resulta cálido y acogedor con la decoración típica de las tabernas del norte. Con el primer vino que pedimos nos invitaron a unos excelentes pichos de tortilla de patatas. Hay maestría en su preparación con ese puntito especial del huevo que no llega a cuajarse del todo. A parte de esto, nos pedimos unos champiñones a la plancha muy ricos. El trato de Ángel, el propietario, y su equipo es informal y agradable. Se respira relajación y desenfado en el ambiente y, en alguna que otra ocasión, ello se ve acrecentado con la animación de algún grupo musical que se arranca con rumbitas y fandangos.

Champis en el Txoco Bar de Denia

Els tomassets

Estamos en enero y muchos negocios cierran por vacaciones. Nos dirigíamos a la taberna Miguel Juan, local que merece en sí un post aparte. Nos gusta ir allí a tomar el vermú de bota que sirven y que está bien rico. Nos encontramos sus puertas cerradas y cambiamos el uno por este restaurante de gran éxito en la ciudad. Nos encontramos de nuevo ante una buena presencia de clientes cenando en las mesas y una barra totalmente desierta. Tan es así que llegamos a preguntar al servicio si les molestaba que tomásemos algo en ella. Para nada, nos contestaron.

Las bravas del Tomassets en Denia

Nos sacaron unas bravas de invitación y pedimos, además, unos calamares a la romana. Las primeras merecen el calificativo de correctas, superadas con claridad por el calamar de frescura óptima y rebozado elegante y sutil. Las tapas/raciones de esta casa siempre salen perfectas de cocina y, además, este local cuenta con el encanto de estar ubicado en una antigua casona de pueblo que ha sido remodelada con gusto y con una inversión considerable, todo sea dicho.

El Cantó y sus manitas: un final perfecto

Acabamos la ronda de aquel día en un lugar al que le tengo especial cariño, he de confesarlo. Ivan, Paco y Lina son una familia búlgara afincada en España desde hace ya un montón de años. Pese a su juventud, acumulan experiencia en el mundo de la hostelería y eso se nota ante los fogones y en el trato con el cliente.

Llegamos a su barra ya un poco saciados y con unos cuantos vinitos entre pecho y espalda. Aún así, no queremos dejar de degustar la deliciosa terrina de manitas de cerdo con vinagreta de lentejas. Es un clásico ya en su carta de sugerencias que cuenta con gran aceptación entre la clientela. La manitas deshuesadas se presentan en porciones tras darles forma en un molde la parte superior de las cuales se ha marcado sobre la plancha “a todo meter” con lo que se consigue una corteza crujiente que contrasta con la melosidad extrema del resto del conjunto. Una delicia.

Terrina de manitas de cerdo con vinagreta de lentejas de El Cantó de Denia

Una muestra representativa de otros muchos lugares

Sirva el relato de esta experiencia como crónica de una noche muy divertida en la que comimos y bebimos bien, pero de un modo poco habitual por esta zona. Lo mejor de todo es que la ciudad de Dénia dispone de otros muchísimos lugares para visitar y montar otras rutas sin necesidad de repetir: el Sancta Sanctorum, el bar Aitana, el restaurante Cavallers, el citado Miguel Juan… son muy buenos lugares para degustar su propuesta culinaria en la misma barra. Pero, sobre todo, me gustaría que el post actuase como una invitación a la reflexión sobre el gran valor social y gastronómico que tiene el tapeo en este país y cuan estamos perdiéndonos la gente de estas tierras al no tener la sana costumbre de practicarlo.

Si eres Alicantino-Valenciano ¿qué opinias del tema? Y si no lo eres, opina también…

 

 

33 comentarios en “De tapeo por la ciudad de Dénia

  1. Jon Ander

    Precisamente no es este el sitio más indicado para pasar sin “pecar”. Aquí casi es hasta excesiva la oferta. No hay bar que no se precie de una buena barra de pintxos y raciones y en algunos casos es poco menos que imposible no caer en la exquisita tentación.
    Lo que sucede es que yo ya he llegado a una edad donde prefiero sentarme en una buena mesa y disfrutar tranquilo de una cena, sin prisas, sin agobios. Los tiempos del “tapeo” han pasado para mi, aunque inevitablemente de vez en cuando, sobre todo cuando te juntas con amigos, es una opción maravillosa.
    Estupendo resumen Toni, y espero que con tu empujón, se anime un poco más la gente a esta saludable “afición”. Eso sí, tu tapeo es de puro lujo y vicio.
    Un abrazo.

    1. Toni Grimalt Post author

      Grupo de tres o cuatro amigos: es lo ideal. Más tampoco. La oferta de Bilbao me pareció abrumadora. Entramos en algunos lugares donde se comía con la vista. Cervezas bien tiradas, buena selección de vinos por copas, atención impecable… Todo parece girar en torno al tapeo. Me gusta.

      Gracias por leernos, Jon.

    2. oscar 4435

      Pobre dinosaurio, el tapeo ha pasado para mi, la leche macho, un pintxo antes de comer o en tu caso cenar , abre el apetito y es sano y necesario.
      ¡Madre mía!, cualquiera que no te conozca en persona, pensaria que estas mas cerca de la residencia y estas hecho un chaval, bueno eso es la mala baba que te conserva bien, mari….

      1. Jon Ander

        Esto es para mi? 🙂 Ya llegarás tú a mis años y ya verás….. por muy mari…. que uno sea.
        Siempre he dicho que me alegro de tener tendencia a coger kilos, si así no fuese, a mi no me llegaría el sueldo ni para el día 10 de cada mes, me lo comería literalmente.

  2. oscar 4435

    No es por hacer de menos a nadie , pero me quedo con el bar bus, esos chipis y las ostras con un buen blanco, me están haciendo salivar y acabo de desayunar, lo mío es una enfermedad…

  3. Jorge (El Mesias)

    Muy buen artículo.
    Hay que revindicar el tapeo (o la picaeta como se dice por aquí) y Denia es sin duda buen lugar para hacerlo.

    1. Toni Grimalt Post author

      Pues sí, Jorge. De vez en cuando es divertido y, además, favorece el reparto de clientela entre varios locales. Todos se benefician. Gracias por leernos!

  4. Vicent Climent

    Enhorabuena amigo Toni por tu recomendación. Al leer el post me han venido a la cabeza recuerdos de mi infancia, en los bares de los pueblos de nuestra comarca antiguamente si se tapeaba. Era un asunto de varones, que sábado y domingo recorrían antes de comer y cenar los 4-5 bares del pueblo tomando tapas sencillas como gambitas saladas, calamares a la romana, habas cocidas o sepia a la plancha acompañadas de una copa de anis seco (cazalla), absenta, Ricard con agua fría o sifón. Probablemente sea sana, ¿o no tanto?

  5. raul chacon

    Os dejáis un bar de tapas por excelencia en Denia. Os dejáis el Vareta, donde el marisco fresco y sus arroces, deleitan el paladar de sus comensales.

    1. Toni Grimalt Post author

      He querido dejar constancia en el artículo que se trata del relato de la experiencia puntual de un día y que quedaban muchos sitios buenos por citar (fíjate en esos puntos suspensivo). El Vareta es sobradamente conocido en la comarca por la frescura de sus pescados y mariscos. Bienvenida sea tu sugerencia!

  6. Ana Juan

    Después de leer tu post, creo que el que no se va de tapas es porque no quiere: tú acudiste a los bares de tu confianza y les pediste tomar algo en la barra, no hay más (ni menos).
    Propondré a Jose un viernes salir por nuestro pueblo intentando esta experiencia. Ya te cuento, quizá si somos muchos los que repetimos la experiencia, pidiendo tapas en la barra, los bares lo vean como una opción…
    Un abrazo

    1. Toni Grimalt Post author

      Lo ideal es alternar. A mí hay días que lo que más me apetece es sentarme a la mesa y disfrutar de todo cuanto ella nos ofrece: intimidad, conversación, comodidad… Pero ese tapeo “de pie” también viene bien de vez en cuando.

  7. Ferran

    Excelente post, Toni! Qué suerte tenéis de tener unos cuantos sitios con tapas de calidad para hacer una ruta como la que comentas. A mí me encanta el tapeo, aunque por aquí no se lleve. Lo que he llegado a disfrutar cenando en la calle Laurel o en el casco antiguo de Donosti, dando tumbos de un local a otro! Saludos!

    Ferran

    1. Toni Grimalt Post author

      No. Si aquí tampoco, créeme. Pero ese día estábamos nosotros “transgresores” y la experiencia resultó genial. Repetiremos, sin duda. Muchas gracias por leernos y dejar tu opinión, Ferran!

  8. Catalina Martínez

    Totalmente de acuerdo que el tapeo con amigos estupendo. Por aquí creo que somos mas de sentarnos tranquilos, pero cuando estuvimos en Logroño lo disfrutamos mucho, allí es una practica muy habitual, centralizada sobre todo en la calle Laurel, eso si fuimos en verano.

    1. Toni Grimalt Post author

      Sí, así es. Yo he estado en invierno y la gente lo hace igual: muchos se quedan en la calle y tapean allí, con el frío que hace! Gracias por dejar tu comentario. Un saludo!

  9. José Ruiz

    A mi también me encanta ir de tapeo… he disfrutado haciéndolo en el norte de España y también en algunos lugares del sur. Desgraciadamente por aquí no es una práctica habitual y es curioso porque en esta zona nos encanta comer y especialmente cenar de picoteo, compartiendo todo, pero sentados…

    1. Toni Grimalt Post author

      ¡Qué cosas! Se ve que es inherente a nosotros. Yo no pretendo cambiar las costumbres ni mucho menos, pero creo que es recomendable variar un poco, romper con la rutina y decidirse algún día por salir de este modo. Al final de la jugada siempre queda uno satisfecho con la experiencia. Saludos

  10. Aurelio G-M.

    Qué bueno!

    Fíjate Toni que cuando me preguntan que qué tal vivo en Valencia, que qué echo de menos de Zaragoza… siempre contesto los mismo: el tapeo.

    Llevo yo tiempo rondando hacer un post similar al que tú has hecho, pero de Zaragoza…

    1. Toni Grimalt Post author

      Pues pocos mejor preparados que tú para hacerlo. Inolvidable la ruta por el tubo que nos preparaste. Y eso que yo me incorporé ya al tercer sitio, creo recordar. Te animo a hacerlo. Un abrazo.

    1. Toni Grimalt Post author

      Gracias a ti por leernos. Es sólo una pequeña muestra de la excelente cocina que ofrece la ciudad de Dénia, con multitud de propuestas para todo tipo de gustos y “de bolsillos”.

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