Escrito por: Ana Juan
Fecha: 3 noviembre, 2014
La Fira de Tots Sants de Cocentaina
Carretera nacional 340
El eje de mi vida es la carretera nacional 340 a su paso por Ontinyent, Albaida, Cocentaina y Alcoy. En el primero nací, en el segundo viví hasta los 6 y en Alcoy es donde vivo actualmente. Cocentaina es el pueblo en que pasé mi infancia y primera adolescencia. Miro atrás y me veo en los Juniors de El Salvador, sentada en el respaldo del banquito frente a la pastelería, comiendo pipas con mis amigas o bajando sentada en el monopatín el paseo en pendiente, haciendo peligrar la integridad de los paseantes… unos angelitos.
En la festividad Todos los Santos se inundaba el paseo de expositores
Pero recuerdo con la frescura de las vivencias muy grabadas, los días de La Feria de Cocentaina. Con el primero de Noviembre, la Fira de Tots Sants inundaba el amplio paseo, columna vertebral de esta población de algo más de 11.000 habitantes. Las atracciones de feriantes montadas en la antesala del barrio de la Cruz y todos los puestos de juguetes frente al Palau. La vía principal con sus exposiciones de tractores, maquinaria para “no-sabía-qué”, automóviles, peleteros y otros artesanos.
Nos gustaba mucho montar en los autos de choque pero también entrar a las autocaravanas en exposición, para admirar la precisa distribución de sus elementos, en un exhaustivo aprovechamiento del espacio de esta “casita de muñecas” para adultos viajeros. Se estrenaba ropa y zapatos, a veces el abrigo otras no, según la temperatura que oscilaba de un año a otro.
Un mapa de aromas
También eran días de comer algodón, manzanas de caramelo, gominolas, dátiles, pan de higos, salazones, embutidos, castañas y hasta un avance del turrón de Navidad. Podías pasear con los ojos cerrados reconociendo el área de feria por su mapa de aromas: dulce, salado, plástico de muñecas nuevas o gasoil quemado de los generadores de la noria.
16.000 m2 dedicados a la alimentación
Estoy hablándote de hace unos 30 años y de mi recuerdo infantil pero esta Feria lleva 668 años siendo escenario de tratantes de ganado, vendedores de vehículos o maquinaria agrícola. Con el tiempo ese origen ganadero y agrícola dio paso a otros comercios, hasta convertirse en un espacio de 125.000m2, visitado por 650.000 personas en sus 4 días de duración. De esta área, unos 16.000m2 están dedicados a la alimentación.
Continúan hoy los tradicionales puestos de turrones, dátiles, salazones o embutidos, pero se ha organizado un espacio gastronómico gourmet que se suma a la oferta de carnes y embutidos asados, pulperías y los dulces árabes del zoco, además de la amplia variedad de bares habituales de la población. Están presentes bodegas de la zona como Vins del Comtat, el tradicional productor de café licor, Licores Sinc o nuestros amigos de Cerveza Artesana Spigha.
Nuestro periplo por el espacio gourmet
Éste ha sido nuestro periplo por el espacio gourmet, a medio día de domingo 2 de noviembre de 2014, en la Fira de Tots Sants de Cocentaina:
Empezamos con parada en el estand de nuestro amigo Toni Alós para tomar la cerveza Spigha Voramar en esta soleada mañana. Nos da a probar una curiosa y novedosa cerveza con café.
Compramos varios tiques de 1,5€ la tapa y 1,20€ la bebida. Nos paseamos por los puestos de comidas, con oferta diversa e interesante. Tienen la ventaja de que somos paseantes de feria hambrientos que salivan a estas horas del medio día. Pero lo cierto es que hay tapas ricas, curiosas y variadas. No estábamos acostumbrados a esta opción en Feria, por lo que aplaudimos la idea.
Montadito de solomillo de cerdo con muselina de ajo en el puesto de Nacho, muy majo él. Sin duda el que más me gustó.
Bocadito de secreto con pepinillo y una salsa japonesa de cuyo nombre no me puedo acordar.
Montadito de berenjena con “capellá” que es una bacaladilla o lirio asado a la llama (más bueno que bonito)
Figatell de cerdo con chutney de manzana y foie. Son unos atillos elaborados con mezcla de carne de cerdo, algo de tocino e hígado, cuyo envoltorio es la mantellina o mantilla.
Huevo escalfado con cebolla y crema de foie. Quería ser escalfado pero casi que mejor duro, porque de pié y con la servilleta como único apoyo, hubiera derramado la yema por la blusa…
Me llamó la atención ver a gente joven con mucho ritmo, compitiendo con otros más veteranos, por recaudar los más tiques y el favor de los mirones tragones.
Allí mismo un café de cápsulas y luego un Miguelito de la Roda de postre, pera rematar con una mistela de garnacha aquí llamada Giró de Xaló.
¿Con todo esto qué te digo? Pues que este blog es de experiencias personales entorno a la gastronomía y que los escenarios tradicionales pero evolucionados como el de esta Feria, merecen un espacio en nuestros estómagos ávidos de vivencias.
Más información sobre la Feria en la web del Ayuntamiento de Cocentaina
¿Hay Feria tradicional en tu pueblo?
Por aquí ya sabéis que tiras una piedra y das en una feria. Esto está a la orden del día. Por eso es tan difícil hacer dietas. 🙂 Así me gusta, potenciando la gastronomía de casa, los sabores que nos recuerdan nuestra infancia, los aromas que nos hacen soñar. Menos mal que he leído esto después de cenar.
Un abrazo Ana.
Pero si tú no necesitas dietas!
A ver cuando te acercas por esta zona y te devolvemos la hospitalidad, mostrándote nuestra gastronomía.
Un abrazo Jon Ander.
Guapo post, Ana, entrañable!
Abrazos
Aurelio
P.D.: te gustó lo de las fotos apaisadas ¿eh? jeje Te han quedado muy chulas 😉
Gracias Aurelio!
Si me puse algo melancólica… de buen rollo.
Un abrazo
Ana, vaya repaso que has dado al pasado! Creo que nos hemos trasladado a nuestra infancia con los autos de choque, las ferias y las pipas que nos comíamos en las escaleras del Balcón del Mediterráneo de Tarragona cuando salíamos de misa.
Ahora, ya de adultos .. seguimos disfrutando no de la misma manera (éramos más inocentes y vivías las cosas con mucha más intensidad) pero nos relamemos ante platos que antes ni se nos hubiera ocurrido probar.
Estuvimos hace unos años en la feria que montan en Ontinyent creo que para dentro de un par de semanas. Allí solemos cargar turrón de Jijona y otros embutidos típicos de la zona.
Sobre la cerveza de café, he leído sobre ella pero no la hemos probado, sí que lo hicimos con una que hacían con agua de mar y otra con arroz. Suaves muy suaves. ¿Qué tal Spigha?
Un abrazo,
Silvia
Hola Silvia, me alegra haberte evocado la infancia, mirar atrás de vez en cuando es gratificante…
Sé de tu vínculo familiar con Ontinyent, como ves yo soy nacida allí y conozco su feria, pero de otro modo. Este año cae el 17 de noviembre.
De esta Feria yo destacaría el embutido de la zona, la “botifarra de ceba” especialmente.
Sobre la cerveza Spigha de café, es una rareza interesante. Personalmente soy más de su Voramar, una Blonde Ale más de mi gusto.
Gracias por estar aquí con nosotros Silvia, un abrazo
Ana Juan
¡Hay que ver como os gustan esos miguelitos! 🙂
El acompañante si que me gusta, mistelita de mi tierra 😉
Jajaja Jorge, pues sí que nos gustan pero ya es casualidad en tan poco tiempo…
Un abrazo