Escrito por: José Ruiz
Fecha: 12 octubre, 2012
Paseando una tarde por la ciudad de Burdeos, nos topamos por ¿casualidad? con la tienda “Max Bordeaux”. Se trata de un negocio polivalente en torno a la temática del vino: es tienda y bar de vinos donde es posible catarlos por copas. Hasta aquí todo normal pero su oferta y sistema de servicio lo hacen muy particular.
Autoservicio con tarjeta
Se trata de un “autoservicio” a través de unos dispensadores y conservadores automáticos, distribuidos por el local.
El sistema es sencillo: compras una tarjeta de crédito de degustación desde 25 euros y te facilitan una copa, a partir de ahí tú eliges qué quieres catar y en qué dosis, ya que existe la posibilidad de elegir entre 25, 50 y 75 ml. El precio de las copas va desde 1 euro la copa de 25 ml de la referencia más barata, hasta los 75 euros de la copa de 75 ml de la referencia más cara.
Para acompañar te sirven agua, colines y pan. Además ponen a tu disposición medios tecnológicos para que hagas tus propias consultas: ipads y ordenadores contienen información sobre las bodegas, los vinos, las añadas, referencias de catas, guías, puntuaciones, etc.
El personal de la tienda es muy profesional y te aconsejan en todo momento. Un plus: una de las dependientas habla en español, al ser descendiente de almeriense y leonés.
Puedes catar por copas los vinos más prestigiosos
Dicho lo cual, destaco lo que hace realmente distinto este comercio y sumamente interesante para el aficionado entusiasta del vino: la posibilidad de catar por copas las referencias más prestigiosas, los Grands Crus Classés de la zona de Bordeaux, como son: Latour, Ausone, Cheval Blanc, Yquem, Margaux, Lafite Rothschild, Mouton Rothschild, Haut Brion, etc.
Como servicio complementario, es posible acompañar estas copas con algunos platos fríos como foies y quesos. Además organizan cursos de catas, presentaciones, etc.
En cuanto al entorno, amén de su ubicación en una céntrica y comercial calle de Burdeos (14, cours de l’Intendance, 33000 Bordeaux), destacaré su decoración. En mi opinión han sabido ordenar un amplio espacio, logrando un lugar polivalente. En la entrada, un primer cuerpo con diversas columnas, conformadas por vitrinas repletas de botellas junto a los prácticos dispensadores y conservadores. Esta sala de altos techos, está decorada con una lluvia de copas suspendidas que desciende desde la vidriera que la culmina: original y precioso efecto. Al fondo, una par de islas o barras para acomodarte con taburetes y disfrutar de la cata.
Toda una experiencia para los amantes del vino, catar un grande por copas. Aquí se hace realidad la conocida frase “un lujo a tu alcance”.
Mi capricho fue un Château d´Yquem del 2006
Mi elección “capricho” fue un Château d’Yquem del 2006, por 20 euros la copa de 25 ml. Como curiosidad os diré que era más barato consumirlo por copas, que comprar la botella entera pagando los 680 euros que costaba.
¿Quieres conocer mi valoración de cata del Château d’Yquem?
Puedes encontrarla en la categoría “vinos”, artículo titulado “Château d’Yquem 2006: tocando el cielo”. (Con este título ya te haces una idea de cuánto me gustó ¿eh?)