Escrito por: José Ruiz
Fecha: 13 mayo, 2013
Después de la visita a la cocina de la mano de Joan, tuvimos el privilegio de que Josep Roca nos mostrase personalmente su bodega de vinos en El Celler de Can Roca y la oportunidad de mantener una conversación con él.
Experiencia muy especial para un enoentusiasta
Para un “enoentusiasta” como yo, esta experiencia es sumamente especial porque:
- Josep Roca es el mejor sumiller de España y un referente en Europa.
- Tienes la oportunidad de visitar una de las mejores selecciones de vino de España. La carta de vinos de El Celler de Can Roca, es una de las más completas y equilibradas que conozco y referente a nivel mundial.
- Esta bodega es única, no por estética, sino porque es la ilusión y proyecto personal de Pitu.
Austera y funcional
La bodega ocupa una extensión aproximada de unos 200 metros cuadrados. Sorprende por su austeridad, está concebida para que sea eminentemente práctica y funcional con estanterías de acero galvanizado. El acero es inerte y previene de la indeseada interacción de microorganismos con el vino allí conservado. Alberga unas 2.500 referencias distintas y 30.000 botellas, con una rotación aproximada de 5 ó 6 años.
Entonces… ¿qué la hace tan especial?
Según entras a mano izquierda están dispuestos 5 cubos, que bien podrían representar grandes cajas de vino. Están chapados con la madera de cajas de grandes vinos que Pitu ha ido coleccionando a lo largo de años. Cada uno de los cubos, está dedicado a una de las 5 zonas vinícolas preferidas de Pitu Roca: Champagne, Riesling, Borgoña, Priorat y Jerez.
¡Empieza la función!
Seguimos los pasos de Josep, se detiene en Champagne, nos detenemos y colocamos a su alrededor. En un entorno oscuro, un haz de luz enfoca el bodegón central del cubículo. Allí, un recipiente de cristal lleno de pequeñas bolas metálicas, contiene dos botellas del espumoso elixir… escuchamos la música elegida por Pitu mientras él se acerca y hace sonar las pequeñas esferas cuando chocan entre sí y con el cristal: sonido punzante, agudo, ¿burbujeante?. Nos cuenta, nos habla, calla, recita… En las pantallas imágenes de la zona protagonista. Envueltos en la escena nos dejamos llevar…
Los 5 sentidos en los 5 cubos
Con los cinco ambientes Pitu pretende mostrar, de una manera integral, sus cinco zonas vinícolas favoritas. No pretende ser un mero trasmisor de conocimientos, sino más bien de emociones. Consigue que el visitante aprecie con todos los sentidos cada región característica de un vino.
La vista: a través de los monitores repartidos por la estancia, el visitante puede observar los paisajes propios de cada zona, viñedos, bodegas y a sus gentes.
El oído: por partida doble: a través de la música elegida “ex profeso” para cada región y por medio de las emotivas y apasionadas palabras, pronunciadas en directo por el propio Pitu.
El tacto: ¡sí el tacto también está presente! Pequeñas bolitas metálicas emulan las burbujas de Champaña. Pañuelos de seda amarillo verdoso que tensa bruscamente Pitu, para la diva, la Riesling. Saquitos de terciopleo rojo que contienen tierras diversas de la Borgoña, en un homenaje al terroir. La pizarra negra o “Llicorella” característica del Priorat y finalmente, esparto y caliza para los vinos de la denominación de origen del marco de Jerez.
El olfato y el gusto evidentemente, quedan para la posterior experiencia en sala, en el transcurso de la comida o cena.
Confesiones…
Nos confiesa que en la elección de las cinco zonas, no ha influido de ninguna manera esta condición tan humana y tan chovinista de seleccionar alguna de las zonas más próximas a su lugar de origen, com pudo ser L’Empordà. Su elección se ha realizado desde la reflexión, pero sobre todo desde la emoción. Son las cinco regiones vinícolas que, hoy por hoy, más emociones provocan a Pitu Roca.
Siempre he pensado que realizar un análisis sensorial de un vino, una cata, es factible con estudio, práctica y dedicación. Incluso yo me atrevo a hacerlo, con mayor o menor acierto. Pero hacerlo con la pasión y la sensibilidad de Pitu, no está al alcance de cualquiera, así sólo pueden hacerlo los más grandes.
Vinos de segundas oportunidades
Me encanta cuando nos cuenta en el último cubo las conexiones que encuentra entre Jerez y Champagne, los define “vinos de segundas oportunidades”, consecuencia de sus particulares y especiales modos de elaboración, “vinos propios para la meditación y contemplación” y también “aptos para la fiesta sin abandonar la complejidad”
Espíritu trabajador, el cliente es lo primero
Me deja impresionado, cuando me cuenta Pitu sus vertiginosas “turnés” de cata por Europa de tan sólo día y medio o de viajes a lugares más lejanos, en apenas tres o cuatro días. Esta actividad frenética está movida por el interés de no abandonar más de lo preciso sus obligaciones en el restaurante.
La cultura del esfuerzo está patente y presente en la actuación de los hermanos Roca. Ellos no cesan en su afán de superación, de buscar nuevos productos, experimentar nuevas técnicas, nuevas armonías, preguntándose el porqué de las cosas,… pero siempre, siempre sin olvidar su dedicación al cliente.
Visitar la bodega de El Celler de Can Roca, de la mano de Pitu Roca, se convierte en una vivencia única, mágica, casi mística.
¿Has vivido esta experiencia con Pitu Roca?
Sí señor, lo has clavao.
Fue toda una experiencia y un auténtico espectáculo
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José eres un crack, tus resúmenes tienen tantos detalles que leerlos es como vivir esa experiencia.
Muchas gracias Miquel.
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