Escrito por: José Ruiz
Fecha: 7 febrero, 2016
Los valencianos socializamos básicamente alrededor de una paella. Otra posibilidad es preparando una “torrà” o “rostida”, vamos lo que otros llaman barbacoa, pero que nuestra idiosincrasia y una serie de pequeños matices hacen que sea posible denominarla: Torrà.
Cualquier excusa es buena
Todo empezó con la iniciativa de Jordi H. quien despertó nuestra curiosidad gastronómica al decirnos que tenía en casa tres kilos de chuletas de jabalí. Este arsenal era fruto de una cacería en la que había participado su padre y que él mismo despieza. Se trata de una carne cazada sin estrés alguno para el animal, lo que redunda en una carne sabrosa a la par que tierna que permite asarla sin ningún tipo de preparación previa.
A partir de ahí el grupo de “Bojos pel Ví”, aceptó el lance y la maquinaria se puso en marcha, fijando fecha y lugar.
Pan casero
Jordi H. es un “panarra” empedernido y se ofreció a preparar el pan, cinco panes caseros para que a los 11 bojos reunidos, no nos faltase con qué empujar la carne. El proceso empezó jueves noche refrescando un fermento antiguo (de varios años), siguió el viernes por la mañana preparando el prefermento (sourdough), ya por la tarde el amasado para dejarlo levar todo la noche y culminó con la cocción el sábado por la mañana bien temprano. El resultado fue espectacular, un pan casero de gran calidad elaborado con harinas al 80% de trigo y 20% de centeno.
Juzgad vosotros mismos a través de la foto, pero os aseguro que os quedaréis cortos, por muy buena que sea la foto no os podéis ni imaginar ¡cómo estaba!
Aperitivos
Un jamón ibérico fue el artista invitado en el aperitivo, estupendamente cortado por Jose Enrique. Me parece un lujo ir cortando y comiendo…
Completamos con buenos quesos, lomo ibérico, unos estupendos rillettes de pato que aportó Juanje y otras cositas menos usuales y muy propias de la Marina Alta que aportó Jorge F., como son pulpo seco y bull (estómago del atún) ambos en salazón y cocinados a la parrilla de las brasas. Estos últimos, alimentos propios de una economía de subsistencia en el pasado de los pueblos marineros que curiosamente en la actualidad se cotizan al precio de un buen jamón. Una vez pasados por el fuego se cortan muy finos y se aderezan con un buen aceite de oliva virgen extra. Tan simple y tan bueno.
Calçots
Empezamos con calçots, esos brotes de cebollas blancas, tiernas y dulces que se asan directamente sobre las llamas de sarmientos, quedando completamente calcinada su capa exterior, pero que una vez pelados y acompañados de la pertinente salsa son una delicia. La costumbre catalana ya ha traspasado fronteras y es ya inicio usual en una Torrà que se precie por estas comarcas, de hecho es ya la tercera de la temporada en la que participo. Compramos tres bonitos manojos de unos buenos calçots de Valls (IGP) y Ana preparó una adictiva y casera salsa salvitxada.
Aprovechando las brasas que se generan al cocinar los calçots, asamos la carne de jabalí, otros tres kilos más de chuletas pero esta vez de cordero y todas de palo, así como unos cuantos kilos del famoso embutido de Ontinyent.
Postres
El postre corrió de mi cuenta, así que elaboré una tarta Mud Cake (a base de repetirla a toda hora creo que ya le he pillado el punto, je, je). Este es un pastel originario de Mississippi, la traducción literal sería pastel de barro. Bizcocho de chocolate con cuerpo denso, pero a la vez jugoso que cubro con una gruesa capa de ganache. Me siento satisfecho del resultado de la que aporté a la Torrà y a pesar de ser una tarta contundente y sólo apta para “chocoadictos” apenas sobró… Acompañamos la tarta con un helado casero de turrón que también elaboré yo y que se deshacía rápidamente consecuencia del calor que las brasas desprendían en el comedor.
Vinos
En este grupo el vino es, casi casi, el “capitulo principal”. La ya usual fórmula del “sobaquillo” fue la adoptada. Cada uno llegó con su vino bajo el brazo, algunos con más de uno por persona: es que el ansia de probar y compartir nos corroe…
Empezamos con cerveza, pero rápidamente pasamos a los generosos andaluces, Ria Pitá, Amontillado Viña AB,… de entre los que destacaría la Manzanilla pasada Maruja de Juan Piñero, potente, sápida y enorme. Seguimos con blancos e incluso algún curioso y escaso rosado como el Hesperús 2014 Rosé de A. Vidal de Albacete (sin D.O.)
Los calçots los acompañamos con espumosos, primero un Raventós i Blanc reserva especial del 2007 y con los champagnes Louis Massing Grand Crú Milessime 2005 y Hure Freures Instantanée 2006.
La carnaza la acompañamos de tintos: algunos “experimentos” como un Cabernet Sauvignon rumano de nombre Drácula y un Priorat viejuno sin barrica: Masía Barril 1996, que todavía resiste… Y ya “en serio” Penfolds Bin 28 Shiraz, Santa Rosa 2006, un magnum de Ferrer Bobet Vinyes Velles 2011 (¡cómo me gusta este vino!) y otra Magnum de un redondeado Pintia 2005.
En los postres Viña Albina semidulce Reserva del 2001, Eiswein de Weingut Zaun del 2008, Dos Chivite de vendimia tardía de la colección 125, de las añadas 2007 y 2010, La Bota de PX 36 “Bota NO” del Equipo Navazos, Palo Cortado Apóstoles VORS. Pero el más especial llegó de la mano de Jordi H. que aportó un dulce de 2011 elaborado por él mismo, de estilo oportizado que prensó con sus propias manos y del que sólo elaboró 20 botellas.
Agradecer a Jose Enrique y familia la cálida acogida en su casa para celebrar esta Torrà.
Y lo que empezó al mediodía se alargó hasta bien entrada la noche…
¡Ya pensando en la próxima! Y no es broma…
Como pidas una Torrà por aquí, te ponemos una rebanada de pan tostado.
Aquí dependiendo del contexto también 😉
El lujo es no ser el pringao que corte el jamón, jajaja
Pero debe cortarlo bien, no vale cualquier “pringao” Jejeje… Tanto José Enrique como Jordi lo cortaron de “10”
Doy Fe de ello 😉
El pringao se llevó su comisión en parte de lo cortado, por eso no se quejó! 😉
¡¡Excelente crónica José Ruíz!!
Representa muy fielmente lo que fue el grandísimo día que pasamos con estupenda comida, excelentes vinos y mejores personas 😉
No en vano fueron 15 horas de gula, vinos y diversión (desde las 13:00h del 6 de febrero hasta las 4:00 del domingo 7 de febrero)… y, si no recuerdo mal, 36 botellas: 34 estándar y 2 Mágnum jajajaja 😛
Bien cierto fue un evento pantagruélico, especialmente en lo que a vinos se refiere. Cantidad y calidad.
Muchas gracias Juanjo por los halagos y por comentar
Un abrazo
José, fantástico resumen de un día inolvidable. Todas las aportaciones de 10. El ofrecimiento de José Enrique con su casa inmejorable. Y de los vinos ni hablamos …. mucha cantidad, variedad y mucho nivel ….
Y aunque todo era insuperable, lo mejor de todo la compañía de todos vosotros.
Un fuerte abrazo y hasta la siguiente!!!!!
Así es conseguimos aunar vinos tanto en cantidad como en calidad.
Lo pasamos realmente bien.
Otro abrazo para ti y muchas gracias por comentar.
Ooooooooolé!!!
Me lo comía y bebía tó, pero tó lo que comentas. Lo único que no me “pone” demasiado es el embutido de Ontinyent, a mi escaso y nublo juicio le parece absolutamente sobrevalorado.
Ese Penfolds… ¡la os de tiempo que hace que no lo cato! Me chiflaba
Uyyyy!!! Cómo te oigan los de Ontinyent verás… 😉
El embutido de Ontinyent, especialmente las morcillas de cebolla, está muy bueno. Aunque obviamente todo depende del carnicero-proveedor.
Siendo un vino interesante el Penfolds Bin 28, EMHO, no fue el tinto triunfador.
Chsssssssssss, pues calla, calla…
(Pero un día vente conmigo para La Rioja, Soria, Burgos, León, Zamora, Salamanca… y verás lo que es embutido de verdad)
Sabes que yo me dejo llevar, que soy un facilón…
Contigo al fin del mundo 😉
Como me gustan esas jornadas! Os faltaron unos buenos erizos de mar para redondear lo que es una perfecta muestra de lo mejor de nuestro “retrato costumbrista” valenciano, aunque éstos se circunscriben casi al ámbito de la Marina Alta. Me encanta el pulpo seco y me encanta el jabalí.
De los vinos no cabía esperar otra cosa más que selección a raudales. ¿Qué si no tratándose dels “bojos pel vi”? Enhorabuena por la jamada y por el post que ésta ha generado.
Esos nos los hubieses podido traer tu… Seguro que hubieses disfrutado en esta maratón.
Era mi primera vez con el jabalí a la brasa, siempre lo había comido en guiso y he de decirte qu la experiencia fue mejor que buena.
Excelente crónica, que destila hábilmente en palabras aquello que todos los afortunados que allí estuvimos disfrutamos. Un placer de reunión, de comida y de vinos. Para repetir, vamos!! Y mejor cuanto antes. ;D
Un placer la compañía, en estos eventos se constata la tan manida frase “el mejor vino es el que se disfruta en compañía” siempre que el vino sea bueno, claro 😉
Uffffff, no sé que decir…
Que bién me lo pasé, lo del photoshop con las fotos ha quedado de puta madre, nos has arreglado un poquillo a todos, realmente somos más feos, excepto las mujeres que son así de guapas, ejejejeje.
A este paso en dos años, nos cargamos el showroom de Verema.
Deseando otro infierno de estos…
Disfrutamos mucho sí.
El photoshop no puede mejorar si la materia prima base no es buena. Jejeje…
Podríamos decir que hicimos un anticipo a L’Espai de Verema.
Si el infierno es así ¡Apúntame ya!
Impresionante. Vaya jornada maratoniana del disfrute.
Envidia de la sana (si es que esto existe) me dais.
Un abrazo!
Cierto una maratón de “menjar i beure” que empezó a las 12 hasta y terminó a las 4:00 a.m.
En breve te puedes reponer de esa envidia “sana” y yo que lo vea…
Otro abrazo para ti.
¡Vaya nivel Maribel!
José no nos deleitaste con tu culinaria en el Encuentro de Alcoy. Y eso me lo guardo. El helado casero de turrón y el mud cake. Me gustan las brasas, potencian la complicidad, la compañía. Bravo.
Muchas gracias Isaac.
Mi culinaria se circunscribe al mundo dulce en el extremo goloso. Quien tiene una culinaria amplia, diversa, sabrosa y bien elaborada es nuestro común amigo Toni Grimalt. Ahí, ahí hay que atacar… 😉
Excelente crónica, pero lo mejor fue vivirlo 😉
¿Para cuando otra?
Nos queda el recuerdo y este post para que no lo olvidemos. Jejeje…
Tu bien sabes que al día siguiente de esta maratón ya habíamos fijado fecha para la siguiente. Esa es la dinámica de un “sarao” sale el próximo.
Ya está dicho todo pero repetiré que la crónica retrata perfectamente lo que tomamos, bebimos y lo bien que nos lo pasamos. ¡Hasta muy pronto!
Muchas gracias Juan.
En poco más de una semana volvemos a estar en lío parecido 😉
Un abrazo.
En estas ocasiones lo más importante es el grupo en sí. Momentos así que hoy en día parecen estar tan caros. Encima cuando entre todos se encuentran excelentes “cocinillas” que casi llegan a cocineros…. eso ya es el colmo de los colmos. Todo tienen una pinta estupenda y ese pedazo de postre…. con lo que a mi me gusta el chocolate. Pues enhorabuena por la reunión, por la jamada y también por esos vinos donde los dientes largos me los ponen esas “espumitas” que cada día me gustan más. Un abrazo.
Muchas gracias Jon.
Las burbujas fueron necesarias al principio para armonizar los calçots y al final de la jornada para refrescar todo los comido y bebido y quitarle pesadez al “evento” 😉
Otro abrazo para ti.
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