Escrito por: José Ruiz
Fecha: 15 enero, 2014
La III Estación Wine Bar
Dirección: Cl El Remedio, 14, 26338 San Vicente de la Sonsierra (La Rioja)
Teléfono: 941 33 45 01
Tipo de cocina: tradicional, de producto.
Precio de la experiencia: 35 € por persona
Después de visitar la Bodega Contador y sus viñedos, nos desplazamos al Wine Bar propiedad de la bodega en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja). Allí teníamos prevista la cata contratada y la comida.
Este edificio era el garaje de los padres de Benjamín Romeo, quien lo utilizó en sus inicios como bodega de vinificación. Ahora funciona como restaurante abierto al público y punto de venta de los vinos de la bodega.
Local de reciente apertura
La III Estación wine bar se inauguró hace un par de años. La decoración es actual pero con cierto aire rústico que le confiere la piedra natural y la madera. El mobiliario es moderno y funcional. Todo el conjunto resulta agradable.
Oferta basada en el buen producto
Oferta tapas frías y calientes de una cocina basada en la bondad del producto con la que está elaborada y el recetario de la cocina tradicional. Buen producto, bien tratado y cocinado. Simple, pero muy disfrutable.
Catas sus vinos a muy buen precio
La carta de vinos está centrada en los propios de la bodega y permite degustarlos por copas o por botellas. Incluso ha creado una marca específica para el wine bar, también llamada La III Estación. El precio de sus propios vinos es muy bueno, digamos que sensiblemente más baratos que el precio de tienda especializada.
Además de sus vinos, posibilita degustar una interesante selección de vinos del mundo: Argentina, Francia, Alemania, Hungría, Italia, USA, Uruguay, Chile y Portugal.
La cristalería adecuada y la temperatura de servicio correcta.
10 meses, 10 catas míticas
A lo largo del 2013 han organizado en el wine-bar una serie de catas temáticas. Grandes bodegas españolas han pasado por este establecimiento, de la mano de sus enólogos y/o propietarios para catar y comentar sus vinos. Entre otros: Vega Sicilia, la propia Bodega Contador, Muga, Clos Erasmus, Cía de Vinos de Telmo Rodríguez, CVNE…
Con estas catas emblemáticas Benjamín Romeo pretende dar a conocer vinos idiosincrásicos del panorama español.
Cata en el Wine Bar
Como he dicho, la cata contratada en la visita se ofrece en este establecimiento. Rafael nos dió a probar los siguientes vinos (que no fueron los únicos, como te cuento más adelante)
Predicador Blanco 2011: 42% de Garnacha blanca, 33% de Viura y el 25% restante de Malvasia. Sólo se utiliza el vino yema, pasando 8 meses en barricas de roble francés, en parte nuevas y en parte de segundo uso. Producción de 13500 botellas. Blanco fresco y graso, con carácter y personalidad. Notas a fruta madura, flores y hierbas de tocador.
Predicador Tinto 2011: 91% de Tempranillo y el 9% de Mazuelo. Para su crianza de 16 meses se han empleado barricas de roble francés de segundo año de uso. Es la referencia más productiva de la bodega (90.000 botellas) y la de precio más asequible. Acertado balance entre fruta y madera, para un vino potente, sabroso y fresco, de equilibrada acidez.
Acompañamos la cata con algo de queso y embutidos.
Menú concertado en el Wine Bar
A continución pasamos a la mesa que habían preparado para la comida, que consistió en:
Espárragos de Navarra con una suave salsa mahonesa. Gran tamaño el de los espárragos, extra gruesos diría yo. Suaves y de buena textura, sin que molesten las fibras.
Solomillos de salmón ahumado, marinado con eneldo y pimienta, conservado en aceite de girasol. El corte grueso junto con la calidad del producto, permite un disfrute máximo.
Anchoas: espectaculares de tamaño y sabor. Presentadas en mariposa, abiertas en dos buenos lomos (calibre 0 ó 00) unidos por la cola. Textura carnosa y perfecto equilibrio entre el sabor del pescado y el punto del salazón.
Selección de ibéricos: lomo, salchichón, chorizo y otro chorizo más curado con un puntito extra de picante. Estando buenos, tal vez lo menos destacable de la comida.
Deliciosas croquetas de jamón. Crujientes, nada aceitosas y con el punto justo de bechamel.
Como principal sirvieron Lechazo de cordero al horno acompañado de una sencilla, pero gustosa, ensalada verde y pan candeal. Muy buen punto de horneado el del cordero, crujiente por fuera y tierno por dentro.
De postre pastel ruso con confitura de fresas. A pesar de su nombre, se trata de un típico postre español, muy popular en Aragón y también en Bilbao. Consiste en una fina capa de bizcocho de merengue almendrado, espolvoreado de azúcar glas y relleno de un sabroso praliné. Una buena forma de terminar este selecto menú.
Maridaje
La III Estación 2012 en sus versiones blanco y tinto que la bodega elabora ex profeso para el consumo en este wine-bar, fueron nuestros acompañantes en la comida. Por cortesía de Benjamín Romeo, armonizamos el cordero con un La Cueva del Contador 2010: vino potente, sabroso, frutal y especiado que acompañó a la perfección al cordero.
Degüelle en directo
Como curiosidad os comentaré que coincidimos con Benjamín Romeo mientras atendía a su distribuidor japonés. El nipón fué agasajado con el degüelle de un Viña Tondonia 1961, año de su nacimiento, adquirido por el anfitrión directamente de la bodega.
Pudimos disfrutar del espectáculo que comporta el ritual del degüelle con las pinzas candentes, de la mano del propio Benjamín. Una vez más, tuvo el bodeguero un detalle con nosotros, dándonos a catar una copa de ese clásico vino riojano todavía muy vivo (a pesar de superar el medio siglo).
Recomendable restaurante basado en la bondad del producto, sin artificios ni florituras, sólo productos de calidad que te llevan a un disfrute pleno.
¿Qué otras bodegas conoces que tengan su propio restaurante?
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Qué guapa la foto de los espárragos! Es 3D.
Da la impresión que la punta del espárrago de la derecha se sale de la imagen
Moooooooola
Pues tienes razón, eso si una vez que lo has dicho, si no ni cuenta.
¡A que sí!
Todo estaba tan bueno, como parece en la foto
Por cierto, que ya echaba yo de menos vuestros post
Y nosotros tus comentarios jocosos y fresquitos.
Nos hemos tomado unas vacaciones pero volvemos a la carga.
¡Gracias Aurelio!
Siempre gusta que se acuerden de uno…
Nos hemos tomado unas “minivacaciones” navideñas.
¡Muchas gracias Aurelio!
Bueno, me alegro de que tras este paréntesis navideño volvamos a la carga que se os echaba de menos. Ya sabéis que yo de vinos….. y encima si son tintos……. pero poco a poco iré aprendiendo y poco a poco iré cogiéndole el gustillo al mundo.
Yo antes no soportaba el salmón, no podía con ese sabor tan característico pero ahora soy un enamorado y cada vez que puedo lo pido. Yo me quedo con esa foto.
Por cierto, uno puede estar muy vivo a pesar de haber superado el medio siglo, os lo garantizo. 🙂
Jajaja, no dudamos en ningún momento de la vitalidad de los jóvenes de 50…;-) y menos los que estamos en cuarenta-y-cerca
Creo que sabes más de lo que dices…
De la lectura de tu blog Gastionomía se constata tu evolución en el tema vinícola.
Seguro que con el tiempo superas tu animadversión a los tintos, al igual que hiciste con el salmón.
Pues como siempre, interesante y didáctico comentario. Ya sabéis yo me fijo mas en los de tragar, aunque leo los del vino, que to se pega, dicen.
Tú, al igual que Gasti, también eres uno de los que saben de vinos más que dicen.
Ahora eso sí, tragón eres, incluso más que yo. Jejeje…
Excelente experiencia y relato de la misma.
Desde luego, si me quedo con algo, es con esas anchoas que tienen una pinta… aunque el salmón con ese aceite de girasol tan subidito de tono tampoco estaría nada mal, seguro.
Enhorabuena!!
Es el tipo de restaurante donde prima el producto y te puedo asegurar que todo estaba muuuuuy bueno.
Muchas gracias Fer.
Así me gusta, entrando con paso firme y decidido a disfrutar de lo lindo. Enhorabuena por esa delicia de reportaje.
Un abrazo
Gracias Javi, cuando lo disfrutas lo cuentas mejor ¿no?