Escrito por: Toni Grimalt
Fecha: 28 noviembre, 2015
Restaurante Kitsume
Dirección: Hotel Villa Gadea – N332 (junto a la salida del peaje de la AP7)
Teléfono: 965 844 157
Tipo de cocina: Japonesa
Precio de la experiencia: 42,00 € por persona
Un entorno señorial
En el marco incomparable que constituye el complejo hotelero Villa Gadea (establecimiento que cuenta con la categoría de cinco estrellas) encontramos este interesante restaurante de cocina japonesa. Accedemos al mismo a través del impresionante vestíbulo de dimensiones espectaculares y tras subir a la primera planta donde se halla el Kitsume. Aunque el salón que ocupa no tiene vistas directas al mar, el hotel cuenta con una situación privilegiada frente a la hermosa bahía de Altea y dispone de habitaciones y spa de alto standing.
El salón es amplio, con gran capacidad y alterna el estilo dominante en el resto del edificio (realmente podríamos hablar de mezcla de estilos: colonial, rústico, señorial…) con otros elementos más propios del interiorismo de inspiración nipona. Como ejemplo las enormes columnas de color naranja con grandes grafías orientales resaltadas en negro, o las pinturas y cuadros de temática japonesa que decoran las paredes.
El puerto de llegada tras una larga travesía
André y Lucia son el matrimonio que regenta el restaurante Kitsume. Se establecen en el hotel Villa Gadea tras haber ofrecido su cocina y habernos hecho disfrutar de ella en otros locales de Altea. Descubrimos su propuesta en el restaurante Samurai, junto al puerto de esta misma localidad. Les visitamos después en el restaurante Tanuki, en la playa del Albir, y seguimos haciéndolo ahora en este complejo hotelero que, además, consigue dotar a sus platos de un entorno mucho más distinguido como bien se merecen. Parece que han encontrado el emplazamiento ideal y que pueden consolidar aquí un proyecto duradero por muchos años.
Lucía es quien dirige la sala con profesionalidad y experiencia. Pero el propio André sale también de tanto en tanto para saludar a las diferentes mesas, servir alguno de sus platos o interesarse por las impresiones de los comensales. El cocinero derrocha simpatía y buenos modales y, aunque no acaba de hablar fluidamente el castellano, la conversación con él siempre resulta agradable e instructiva.
Alta cocina japonesa
La carta del Kitsume es densa y extensa. Resulta muy difícil confeccionar la comanda pues todas y cada una de las propuestas nos resultan atrayentes. Hay entrantes fríos, entrantes calientes, sopas, platos principales, una gran variedad de sushi (makis, sashimi, y un largo listado de rollos uramakis) y postres.
El enunciado de los platos, todos ellos con denominación nipona, se acompaña de una breve exposición de los ingredientes y de una fotografía que resulta muy ilustrativa pero que, a su vez, no ayuda demasiado a elegir pues en todas ellas se percibe dedicación, minuciosidad y buen gusto en su preparación. Todo resulta apetecible.
Mientras la ojeamos nos sirven un aperitivo cortesía de la casa. Se trata de un pequeño bol con una especie de ensalada de calamar frío. Estupendamente condimentada con las salsas y especias típicamente orientales nos transporta a Asia en un abrir y cerrar de ojos. Delicioso pica-pica inicial que amenaza con tornarse adictivo y que devoramos en un santiamén.
Llegan a la mesa las Khaki. Se trata de una ostra fresca con salsa ponzu picante (una por cada comensal, lógicamente). El tamaño del molusco es considerable y degustarla nos resulta una lección magistral sobre cómo y con qué debe acompañarse una ostra. Las algas wakame, las huevas, esa salsa ponzu aportan matices interesantes pero sin robar el protagonismo al personaje principal y prevaleciendo sobre todo lo demás el inconfundible sabor marino del molusco. De las mejores que he tomado.
Tori karagee: Pollo crujiente con salsa de miso. Otro plato que enamora desde el primer bocado. Las porciones del pollo tienen el tamaño ideal y vienen envueltas en una tempura preparada con maestría: crujiente, no seca, apetecible, nada aceitosa… La “novia perfecta” del pollo es esa deliciosa salsa que lo acompaña: nos aporta todo el sabor característico de la cocina oriental y, aunque tampoco se hacía necesario, facilita aún más la ingesta de estos sorprendentes nuggets.
Sunkissed roll: La fotografía que aparecía en la carta y el enunciado de sus ingredientes fueron quienes nos empujaron a pedirlo: atún picante, salmón fresco, huevas de salmón y alga wakame. Primer rollo con el cual volvemos a reafirmarnos en la magistral preparación del arroz que consigue Adré: piezas de sushi firme y consistente, que se toma fácilmente con los palillos aun no siendo unos consumados expertos, pero sensación de arroz suelto una vez ya en boca sin el característico “apelmazamiento” de los restaurantes-wok de barrio. El producto que acompaña ese arroz es de una calidad incontestable. Cerrar los ojos y disfrutar.
Sashimi variado: Atún, salmón, pez espada, viera, pez mantequilla, caballa y langostinos. La presentación del plato es menos delicada de los que nos tiene acostumbrados Adré. Los pescados, todos ellos de frescura destacable, se muestran en grandes porciones que nosotros mismos hemos de partir para que todos y cada uno de los comensales podamos disfrutar de todos ellos. El placer de tomar pescado crudo elevado a su máximo exponente: se le ama o se le odia. No hay término medio.
Lotus roll: No se presenta como un rollo al uso. Las piezas de arroz se disponen horizontalmente, como tumbadas, unas junto a otras formando una especie de lecho. Sobre ellas un guiso de pescados y mariscos con la salsa dinamite como ligazón. Plato caliente que se agradece tras la ingesta de tantas preparaciones frías. El pescado y la salsa que lo acompañan nos resultan muy ricos.
Kitsume roll: Disposición de los uramakis similar al plato que le precede pero con la coronación diferente que supone el uso de pescados frescos totalmente crudos. Mucha similitud con el sashimi: atún, caballa, pez mantequilla, tratar de salmón… Dificultades a la hora de ingerirlos de un solo bocado, Hay que “desmontarlos” y se pierde un tanto el encanto.
Jon dragon roll: Rollo con langostino, surimi, espárragos, pepino, aguacate y envuelto en tempura. Siento repetirme en mis valoraciones pero nuevamente se trata de un uramaki delicioso que pone el broche de oro a una excelente cena, al menos en cuanto a preparaciones “saladas” se refiere.
Fondant de chocolate con helado de sésamo: Bien ejecutado el típico bollo de chocolate con el cacao fundido en su interior y potencia destacable en su sabor. Mucho más insípido resulta el helado de sésamo que aporta un toque original pero que no “casa” tan bien con el fondant como otras preparaciones como la vainilla, por ejemplo. Me gustaría mencionar que la carta ofrece una extensa variedad de helados, algunos de ellos con el denominador común de su inusualidad: jengibre, wasabi…
Acompañamos la cena con un albariño que no conocíamos, Lagar de Indra, y otra botella que sí nos resulta conocida: Enrique Mendoza Chardonnay. La carta de vinos es más bien corta y se echan en falta algunas referencias más para tener donde elegir. Además, los vinos que se ofrecen son más bien de la gama básica y en ocasiones a uno le apetece acompañar estos platos de tan alto nivel con unos vinos más distinguidos.
Básico y fundamental en la oferta gastronómica de la Marina
Sin ninguna duda, se trata del mejor restaurante de cocina japonesa que conozco en la comarca de la Marina y sin que la cuenta final sea de las que nos dejan sin aliento. Kitsume aúna unas instalaciones elegantes, un servicio esmerado, una cocina de mucho nivel, donde el sabor y la sutileza se combinan a la perfección, y una excelente relación calidad precio. Es por ello que estamos ante un imprescindible para todos los amantes de la cocina oriental residentes en la zona o que tengan a bien visitar la costa alicantina.
No sé si habrá rock pero lo que es roll……. de sobra. 🙂
Pues casualmente aquí tienes uno que ni ama ni odia el pescado crudo. Prefiero con diferencia los marinados o los horneados o braseados pero estos tampoco es que me disgusten. El atún me gusta de cualquier manera.
Buena pinta tienen todos los platos. No es mi comida favorita pero para un “de vez en cuando” no me disgusta.
Lo de helado de wasabi…. no puedo imaginármelo siquiera. Un abrazo.
Pues raro de cojones, Jon, pero no malo. De la carta sala puedo decirte que, sin ser un amante empedernido del sushi, creo que te gustaría. No ha ya sabores excesivamente comprometedores y muchos de los rolls pasan por el horno, la freidora o el quemador. Es un muy buen lugar, sin duda.
Un abrazo
Para mi es una garantía que a ti te guste pero el hecho de que les sigas ya me parece de obligada visita!
Gran ayuda eso de las fotos en la carta, aunque ahora tengo hasta tu comentario de los platos, toda una ventaja….
Acudiremos pronto.
Un abrazo Toni!
Pues, si lo hacéis, me avisáis. Siempre es un placer comer allí y, aunque os pueda resultar ventajista, aconsejo ir en mesa grande para poder degustar el mayor número de platos. Los “rollos” son muy grandes y dan para varios comensales.
Otro abrazo para ti!
Una entrega más de la “Guía Grimalt de la Costa Alicantina”!
Sin duda, la más fiable.
😉
Gracias Aurelio. Éste lo vengo recomendando desde hace tiempo. Un grande!
Tenéis de “tó” por el Levante, buenos arroces, marisco, comida fusión, asiática y el mejor buey. Sois la ostia.
Bueno. Vosotros tenéis unos pintxos excelentes, unos pescados a la brasa para morirse… Cada uno añora aquello que tiene lejos. Pero la verdad es que nunca oirás quejarme de cuanto aquí podemos disfrutar. Un abrazo!
Muy atractiva parece la propuesta de Kitsume tanto por su culinaria, tengo la impresión que va más allá del sushi, como por el entorno en el que está.
Una opción a tener en cuenta. De este tipo de ofertas por aquí andamos muy, pero que muy escasos.
Enhorabuena por la descripción de los platos.
Abrazos.
Sí. Hay una gran variedad de platos calientes (la web del sitio es muy recomendable). Pero eres conocedor de nuestra pasión por el sushi y casi siempre nos centramos en ese apartado. Altea da para un buen finde gastronómico con Ca Joan, La Serena… Yo de vosotros me lo planteaba
Escelente y más que justo post Toni. Llevo siendo un cliente habitual de André y Lucia desde que tenian su local Samurai en el puerto de Altea, visita frecuente obligada para mí, y eso que vivo en Alicante. Qué decir del Kitsume… roza la perfección, como ya lo venían haciendo en sus anteriores locales, donde la comida japonesa alcanza su máxima expresión tanto de calidad como el mimo en su presentación, y por supuesto el trato. No sólo han sido mi restaurante de referencia, han sido unos estupendos amigos con los que compartir esas fantásticas veladas. Lástima que les perdí la pista, actualmente, aunque el Kitsume sigue activo, André y Lucia ya no lo regentan. ¿Sabrías donde se les puede localizar? Gracias Toni
Gracias por leernos. Mi última visita la hice en el restaurante “Be Katsu”, nuevamente en la playa del Albir, un local mucho menos pretencioso pero con la misma cocina de calidad. DE ello hace ya algún tiempo, pero creo que sigue abiertos según los comentarios que veo en un conocidísimo portal de valoraciones de restaurantes. Un saludo
Pingback: Volveremos - Vinowine