Escrito por: José Ruiz
Fecha: 28 octubre, 2014
Enrique Mendoza: dos bodegas
Enrique Mendoza cuenta con dos bodegas. Una en L’Alfàs del Pi destinada a la crianza y al enoturismo y la otra en Villena en la finca El Chaconero destinada a la elaboración. Ésta última se trata de una finca rodeada de viñedo, al más puro estilo “Château”.
He visitado la bodega de L’Alfàs del Pi en dos ocasiones, la primera allá por el año 1998 en los albores de mi afición vinícola y la segunda diez años después. Impresiona su parque de más de 1400 barricas, mayoritariamente de roble francés. Su visita es muy recomendable, probablemente una de las que más me ha gustado de todas las vistas (que son “unas cuantas” hasta la fecha).
Sin embargo, últimamente estoy más interesado en visitar el viñedo de donde procede el vino que la bodega en si misma, por eso insistí a Pepe Mendoza para que me recibiese en su finca de Villena.
Los orígenes de la bodega
A finales de la década de los años 70 Enrique Mendoza (padre de los actuales responsables: Pepe y Julián) empieza a aficionarse por el mundo del vino. En un primer momento comprando y coleccionando vino. Pero dió un paso más, cultivando la vid para producir vino destinado al consumo familiar.
Inicialmente cultiva moscatel de Alejandría, la variedad reina de la Marina Alta, lo que resulta todo un éxito. Pero no conseguirá iguales resultados, cuando lo intenta con variedades tintas: la proximidad al mar impedirá elaborar un producto de calidad. Es entonces cuando decide buscar viñedo en el interior y compra la Finca El Chaconero en Villena.
Finca El Chaconero
La finca se encuentra al oeste de la ciudad de Villena a unos 400 metros de altitud, junto al paraje del Cabezo de la Virgen. Cuenta con unas 80 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid.
Especial importancia cobra el estudio del suelo de este paraje. Consecuencia de su especial edafología, se encuentran gran cantidad de suelos distintos, unos aptos para el cultivo y otros no ya que los estratos del suelo se encuentran oblicuos y no horizontales.
El clima es extremado. Mientras que durante el día es un mediterráneo seco (muy caluroso), al llegar la noche las corrientes traen gran cantidad de humedad del cercano mar. Los contrastes térmicos se producen tanto en el binomio invierno/verano, como en el de día/noche.
Las variedades cultivadas tintas son la Cabernet Sauvignon, Shiraz, Tempranillo, Pinot Noir, Merlot, Monastrell y Petit Verdot en cuanto a tintas y las blancas Chardonnay y Moscatel.
“Enrique Mendoza Viticultor”: su filosofía de trabajo
Esta bodega tiene muy claro que el trabajo de campo es lo verdaderamente importante y que los buenos vinos allí tienen su origen, hasta el punto que su logo y lema es: “Enrique Mendoza, Viticultor”. Sin restarle importancia a la faceta bodeguera pero priorizando el cuidado del campo por encima de todo lo demás. Por eso pone en práctica una viticultura natural sin utilizar herbicidas ni insecticidas, combatiendo las plagas mediante feromonas (confusión sexual) o abonando el campo con compost de su propio ganado. Pero no por ello renuncia al aprovechamiento de técnicas modernas que le permitan mejorar la calidad de la uva.
Amplio catálogo de vinos
Elabora un amplio catálogo de vinos, algunos monovarietales y otros fruto de un acertado coupage. Todos vinos de calidad, que año tras año reciben el beneplácito tanto de la crítica especializada, como del público en general.
Personalmente me gustan todos sin excepción, destacando por gusto personal, el monovarietal de Shiraz, Santa Rosa y Estrecho, así como los dos dulces de moscatel que elabora y el tinto dulce fruto de un coupage mayoritariamente de merlot.
De la playa al campo
Cada mes de julio Pepe realiza el proceso inverso que suele hacer todo aquel que se va de veraneo. Traslada a su familia desde las bonitas playas de L’Alfàs del Pi al caluroso interior de la provincia de Alicante. Pasan el verano en la finca de Villena llamada El Chaconero.
De esta manera Pepe Mendoza puede controlar muy de cerca la marcha del ciclo vegetativo de las cepas en un momento crucial, desde el envero hasta la vendimia en sí.
La visita en un caluroso día de julio
Quedamos con Pepe la segunda semana de julio y concretamos la cita a las diez de la mañana, prontito para evitar en la medida de lo posible el intenso calor que a mediados de julio “se sufre” en Villena.
Compartimos la visita con una pareja de enólogos que trabajan en Chile y aprovechan sus vacaciones para visitar en España bodegas de renombre y seguir aprendiendo. Junto a ellos unos amigos, con quienes formamos un simpático grupo.
Empezamos por el viñedo del hondo. Allí, a pie de planta, nos va explicando Pepe su doble filosofía. Por una parte no agreden al campo, al no utilizar productos de síntesis y por la otra, aprovechan las nuevas tecnologías y modernas técnicas de viticultura para ayudar a las plantas a conseguir un fruto de mayor calidad. Así, por ejemplo, tienen una instalación de dendrómetros que informan sobre la cantidad de agua que recibe la planta y en caso de estrés hídrico acusado poder aportar el agua necesaria a la planta.
Nos explica sus técnicas de viticultura respecto de la poda, de exposición foliar, de poda en verde, injertos, pies utilizados, estudios de suelos, utilización de compost biodinámico… nada queda en secreto.
Cata bajo una carrasca
Más tarde, ayudados de un par de todoterreno, nos desplazamos al denominado paraje Estrecho de Pipa en el que cultivan fundamentalmente Monastrell. Allí, bajo una preciosa carrasca, Pepe Mendoza despliega toda la infraestructura apropiada y nos prepara una informal cata de dos de sus vinos.
Inicialmente catamos su Chardonnay fermentado en barrica, tanto el de la última cosecha como el de 2007. Así pudimos comparar la excelente evolución en botella que ha desarrollado este vino. En el primero encontramos rasgos frescos de frutas como el plátano y la piña, envueltos en toques ahumados y avainillados procedentes de su crianza en barrica, la madera presente en nariz y, en boca, la acidez es manifiesta. En cambio, en el segundo las notas frutales están más diluidas y las especias más presentes pero también más integradas, vainilla, canela y los toques ahumados son más sutiles. Ha perdido acidez, pero con la madurez ha ganado en integración, puro equilibrio, está en un momento álgido de degustación.
El otro dueto de cata corresponde a sus elaborados de Monastrell, a Estrecho. Pepe se desmarca de los tintos de monastrell propios de la zona que suelen presentar una fuerte carga frutal, cierta pesadez y alto grado alcohólico. Su propuesta es bien distinta, presenta tintos propios de la variedad pero con la acidez suficiente para no caer en esa pesadez, no llegando nunca a la sobremaduración. Consigue vinos aromáticos y muy frescos.
Con esta inusual, pero evocadora y grata cata terminamos esta visita.
Desde aquí agradecer a Pepe Mendoza su generosidad y tiempo dedicado. ¡Muchas gracias!
¿Conoces los vinos de Enrique Mendoza?
Un restaurantero vinatero, sí señor, mucho Jose Ruiz!!!!!!!!
Oye, he visto que con los Estrecho te has explayado menos que con los chardonnays… ¿catasteis solo una añada y por eso no nos hablas de su evolución?
Abrzs
¡Muchas gracias!
Como puedes ver en la foto, de los Estrecho también catamos dos botellas de diferentes añadas. Una de las botellas no está etiquetada porque todavía estaba en el botellero. A pesar que todavía le faltaba algo de botella para terminar de integrarse, ya demostraba el perfil de la monastrell que elabora Pepe.
Otro abrazo para ti.
Ok, gracias Vinatero
Oye, pa “estrés hídrico” el que vamos a pasar en Madrí…
jajaja
Buena crónica.
Pero como soy un poco peguijero, te he decir unos pequeños errores que he encontrado:
-El nombre correcto de la población es l’Alfàs del Pi.
-La moscatel es la variedad reina de la Marina Alta
-En la linea 7 pones vistas en lugar de visitas.
Saludos.
P.D: Espero que no te cabrees por las correcciones 🙂
Hola Jorge
Muchas gracias por leernos.
Enfadarnos… todo lo contrario agradecemos muy mucho la critica constructiva.
Si relees el post, podrás observar que ya he cambiado el nombre de la población y he corregido la comarca donde reina la moscatel. No así la palabra de la línea 7, ya que me refiero a las bodegas “vistas”, relativo a la acción y efecto del verbo ver.
Espero nos sigas leyendo y sigas siendo tan pejiguero, que no “peguijero” 🙂
Un abrazo.
Upsss, si que he metido la pata con “peguijero”, jeje
Ahora entiendo lo de “vistas”, no me fijé bien.
Seguid relatando vuestras hazañas que nosotros las leeremos con mucho interés.
Salut!
Ya sabes que no soy un enamorado de lo líquido, lo mío es más lo sólido pero está bien ampliar la cultura general y ya si leo algo de moscatel…… entonces eso es otro cantar.
Ese chardonnay 2007, igual estaba rico, ¿verdad?
Los “todoterreno” a los que te refieres son dos personas capaces de todo o son dos vehículos como el que utilizo yo en mi trabajo? 🙂
Un abrazo José.
Cuando se tercie, sin duda, debes probar los moscateles de Enrique Mendoza. Resultan aromáticos y frescos, nada pesados, con acidez suficiente para equilibrar el dulzor. ¡Una delicia!
Cada vez disfruto más de los buenos blancos con crianza en botella, ganan en complejidad ofreciendo su versión más elegante al estar más integrados.
En cuanto a los “todoterreno” si, me refiero a los vehículos, el paraje es muy bonito pero escarpado.
Otro abrazo para ti Jon Ander.
Gasti, no se yo si ese chardonnay fb es de “tus” vinos…
A mi me encanta, pero todas las botellas que he catado (bien es cierto que siempre eran añadas recientes) se muestra cálido, vinoso y con la madera muy presente…
Un abrazo
Solo el nacimiento de mi hija Raquel pudo impedir que no os pudiera acompañar en esa fantástica mañana en una tierra que tanto amo y rodeado de amigos. En fin, otra vez sera, he disfrutado como siempre de vuestra recomendación y me ha encantado comprobar que disfrutasteis de un entorno tan familiar para mi.
Un abrazo.
¡Hola Javier!
Por esa parte fue una lástima, hace tiempo que no nos vemos y era una ocasión especial para reencontrarnos. Seguro que Raquel llegó con una botella de vino bajo del brazo Jejeje… 🙂
Fue un placer conocer tu tierra de la mano de Pepe Mendoza, que a pesar de no ser la suya, la vive como propia.
Espero que el reencuentro sea cercano.
Un abrazo.
Hola chicos,
Fantástica crónica y fotos!
Los vinos de Mendoza no los conozco, creo que no he probado ningún vino de Alicante, aunque sí que he oído hablar de la bodega. Vuestro artículo es tan ameno y sencillo a la vez que dan ganas de coger el coche y plantarse allí para disfrutar de los vinos y de las vistas.
Apuntado queda.
Un abrazo,
Silvia
Hola Silvia
Bodegas Enrique Mendoza ofrece una amplia oferta de vinos, todos ellos de buenos a muy buenos, por lo que si tienes la oportunidad no dudes en arriesgarte y estrenarte bebiendo un alicantino de calidad.
Gracias por leernos y participar.
Otro abrazo para ti.
Excelente crónica Vinowiners!!
Conozco a la perfección el clima villenero que por cuestiones laborales tuve que sufrir durante cuatro años. Grandes contrastes térmicos, sin casi término medio, que son capaces de forjar una uva que bien manejada da lugar a esos buenos vinos de la zona como hacen en esta casa.
Un abrazo!
Muchas gracias Fer.
Así es un clima estupendo para la producción de uva de calidad y fatal para el ser humano. Jejeje… 🙂
Muchas gracias por leernos y comentar.
Nos vemos en menos de una semana.
Otro abrazo para ti y besos para Ada.
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