Escrito por: José Ruiz
Fecha: 3 septiembre, 2014
Bodegas unas, bodegas otras, bodegas todas
Por mi afición al vino y su mundillo he visitado muchas bodegas y he podido comprobar que todas comparten elementos que las uniforman pero en algunas de ellas encuentras algún elemento diferenciador que las hace especiales. Unas se dotan de instalaciones singulares, otras elaboran vinos con variedades olvidadas, incluso las hay que utilizan inventos propios en el proceso de elaboración.
¿En qué marca la diferencia el Celler la Muntanya?
El elemento que hace especial a Celler la Muntanya reside en el modelo de gestión colaborativa que tiene establecido con los agricultores.
Esta bodega alicantina, al igual que otras muchas, no tiene viñedo propio. Así que se abastece de 28 microviñedos más o menos próximos y lo hace de una manera respetuosa y justa en un sentido amplio de ambos conceptos.
¿Qué es la Microviña?
Cuando hablamos de microviña, nos referimos a una extensión cultivada de viña de pequeñas dimensiones, tan reducida que dificulta la explotación por si misma e impide su rentabilidad.
El proyecto microviña es una idea original de Juan Cascant, uno de los socios de la bodega. La idea es recuperar viñedos evitando el abandono de los campos y preservando variedades autóctonas en ocasiones poco rentables.
Los pequeños propietarios firman un contrato con la bodega, mediante el cual se comprometen a cultivar según los parámetros de calidad establecidos por la bodega y a cambio reciben una retribución justa (en metálico o en especie) por su trabajo.
¿Cuáles son los requisitos para obtener el Sello Microviña®?
Según sus impulsores de este proyecto, para que un producto pueda llevar el Sello Microviña®, debe cumplir básicamente con cuatro requisitos:
- Poder constatar que el agricultor ha sido retribuido justamente.
- Haber obtenido la uva mediante Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), desde variedades autóctonas, con respeto al ecosistema.
- Constatarse que la bodega forma parte activa de la sociedad donde esté instalada, aportando y cooperando en su entorno.
- Diseñar su promoción teniendo en cuenta la cultura del lugar donde nace el producto.
Objetivos del proyecto
Este modelo colaborativo procura en primer lugar una rentabilidad económica al agricultor, algo muy similar al concepto de “comercio justo”. A su vez, al evitar el abandono de los cultivos, preserva el ecosistema (en este caso mediterráneo) y propicia la biodiversidad agraria. Además constituye un ejemplo de modelo empresarial ético comprometido con su entorno según los preceptos de la Economía del Bien Común, promovidos por el economista austriaco Christian Felber.
Microviñas de media hectárea
La extensión media de estas propiedades es de apenas 5.000 m2. La mayoría de los viñedos son fruto de la herencia familiar, los hijos y nietos de los antiguos agricultores, hoy en día con otros quehaceres, viven con ilusión la experiencia del cultivo de la tierra. Me cuenta Juan Cascant que la explotación del viñedo, incluso ha propiciado cohesión y reencuentro familiar entre los propietarios de las microviñas. Este proyecto aúna pasión por el vino y un cierto romanticismo por recuperar el viñedo.
Los terrenos donde se cultivan las microviñas son variados en cuanto a composición del suelo, orientaciones, microclimas, variedades plantadas… en definitiva muy heterogéneos lo que permite elaborar unos vinos con una especial singularidad y personalidad. Un concepto muy Borgoñón.
Alcoià-Comtat, tierra de vinos
Aunque en la actualidad no lo parezca, estas comarcas de la montaña de Alicante cultivan la vid desde su época íbera, aunque fueron los fenicios quienes propiciaron su introducción y los romanos quienes generalizaron su cultivo. La importancia del cultivo de la vid en estas comarcas era tal que en el siglo XIX en Cocentaina se creó la primera estación enológica de España.
Por diversos motivos, principalmente económicos, su cultivo fue abandonado paulatinamente, especialmente después de la plaga de la filoxera y sustituido por el olivo, el almendro y otros frutales. En la actualidad son pocas las superficies cultivadas de viñedo.
Los inicios de la bodega el Celler de la Muntanya
Toni Boronat supo contagiar a su amigo Juan Cascant la ilusión por elaborar vino. Corría el año 2004 y después de varios intentos empezaron a constatar que no lo hacían del todo mal. Dos años después profesionalizaron esta afición y abrieron bodega en la población de Muro de Alcoy.
Recuerdo asistir a la inauguración en el verano del 2006 con mucha expectación. Siempre es gratificante para un “enochalado” que se inaugure una bodega cerca de tu casa que pretenda hacer vinos de calidad con variedades y viñedos cercanos.
Las instalaciones de la bodega son modestas y funcionales, con gran cantidad de pequeños depósitos en los que vinificar por separado el fruto de cada microviñedo y así poder elegir posteriormente los ensamblajes más adecuados.
Prestigiosos asesores
En una primera etapa El Celler de la Muntanya trabajó en colaboración y con el asesoramiento de la bodega del Priorat Mas Martinet de la mano de Adrià y Marc Pérez, hijo y sobrino respectivamente de José Luis Pérez uno de los padres fundadores del Priorat moderno.
Vinos singulares de calidad
Como he dicho, se abastecen de la uva de distintos agricultores y son diversas las variedades con las que trabaja, principalmente Garnacha, Monastrell, Malvasía, Merseguera y Garnacha Blanca.
En el trascurso de un delicioso desayuno, catamos la gran mayoría de vinos de su gama, todos interesantes y bien elaborados, destacando entre todos ellos, el Lliure Albir 2010. Un coupage de 50% de malvasía (procedente de un viñedo de más de 80 años), 35% de Garnacha blanca y el 15% restante de Verdil. Tiene una crianza de 10 meses en barricas usadas de roble francés y apenas se han elaborado 1300 botellas.
A la vista presenta un bonito color amarillo dorado. Nariz de intensidad media, con notas definidas de manzana asada, miel y naranja escarchada, todo ello sobre un fondo ligeramente especiado y balsámico. En boca es un vino de cierta densidad, pero presenta buena acidez, un punto fresco y buena persistencia.
Organizan visitas a los Microviñedos
Tras el almuerzo acudimos a visitar un par de viñedos vinculados a la Bodega, donde Juan Cancant nos estuvo explicando sobre las variedades cultivadas, así como las técnicas de viticultura empleadas.
Paquito el Chocolatero: pasodoble y vino
Uno de los agricultores del proyecto Microviña es descendiente del compositor Gustavo Pascual, autor de famoso pasodoble Paquito el Chocolatero que tanto se oye en Fiestas de Moros y Cristianos como en verbenas de toda España… Pues bien, en aras a cumplir con esa finalidad de promocionar los vinos de modo vinculado a la cultura local, decidieron llamar así al vino elaborado de las uvas del descendiente de Pascual.
Vino de congreso
Como curiosidad os contaré que a principios del pasado mes de julio, se celebró en Valencia la Conferencia Internacional de Altas Energías, la de mayor relevancia a nivel mundial en el campo de la Física de Partículas. El vino elegido para agasajar a los asistentes al congreso fue “Minifundi” de esta bodega. No en vano, el responsable del Instituto de Física Corpuscular es Juan Fuster, propietario de una de las 28 microviñas, a quien tuve la oportunidad y el gusto de conocer en el trascurso de mi visita a la bodega.
Datos útiles:
Rotonda Quatre Camins
Camí Alquerieta
03830 Muro de Alcoy
607.902.235
608.108.833
info@cellerlamuntanya.com
Desde aquí animo a Juan Cascant y su equipo a seguir con este romántico y sabroso proyecto vinícola-cultural.
¿Conoces otros proyectos de recuperación de viñedos abandonados?
Mira por donde la bodega de “Paquito el Chocolatero”
Sí, como digo, el hijo del compositor es propietario de una microviña y ha dado el nombre del pasodoble al vino elaborado con esas uvas.
Bueno, aunque no es precisamente “mi fuerte”, algo voy disfrutando con los vinos. Ese Lliure tiene que estar rico, seguro que si. Bonita mesa para sentarse a hablar con buenas viandas, incluso de cosas que no sean vinos. 🙂 Un abrazo.
El Lliure Albir es su blanco más especial. Siendo tu de blancos, creo que este te gustaría.
Un abarzo Jon Ander
Yo siempre que visito una bodega, involuntariamente clasifico al viticultor o en Burdeos o en Borgoña. Siempre me fijo sin querer en qué realza, la bodega o el viñedo.
Aquellos que te enseñan la bodega rápido para pasar a los viñedos donde se explayan, meten los dedos en la tierra, acarician las cepas… O aquellos que se adornan con los métodos de selección, despalillamiento, estrujado, etc, etc… las últimas técnicas de… y ni te enseñan quizás los viñedos.
Claro que, haberlos haylos de los que se entretienen en ambos terrenos y no puedes clasificarlos.
Guapo post, Jose, me encanta cómo defiendes y pones en valor las cosas de tu tierra.
Un abrazo
Aurelio
Gracias Aurelio. Así es, el Celler la Muntanya está más cerca del concepto Borgoña que no Burdeos, dado que priman el cuidado del viñedo para conseguir un vino excelente.
Dicen que los alcoyanos somos algo chovinistas, jejeje
Un abrazo
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Me encanta este post porque explicas de manera clara y precisa lo que diferencia al Celler la Muntanya de otras bodegas y sobre todo el proyecto “Microviñas” que les identifica y les honra.
Es para sentirse orgulloso…y si además los vinos tienen personalidad, elegancia y carácter… más aún.
Así es Juan, su modelo de gestión colaborativa y respetuoso diferencia a Celler La Muntanya de la mayoría de las bodegas. No sólo hacen buen vino, sino que además lo elaboran de manera justa para todos los implicados en el proceso.
Gracias por leernos y comentar.
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