Escrito por: Toni Grimalt
Fecha: 10 mayo, 2020
Receta de Lasaña de pescado
Dificultad: fácil
Precio aproximado de los ingredientes: 10,00 €
Armonía: espumoso o vino blanco
Una receta fácil y sabrosa
Pese a que la pasta no constituye un elemento fundamental en mi alimentación habitual ni en las recetas que suelo preparar cuando hay invitados en casa, he de confesar que, de entre todas las variedades, quizás sea la lasaña el modo de comer pasta que más me gusta. Sea cual sea el relleno usado, desde la clásica boloñesa, la de verduras o la de pescado, todas me parecen apetecibles. Precisamente ésta última es la que vamos a preparar en el día de hoy. Me gusta compartirla con vosotros porqué siempre que la he preparado, ha quedado especialmente rica y porqué es un buen modo de introducir el pescado en la dieta diaria de muchos hogares, especialmente aquellos que en los que hay peques y cuyos gustos no siempre se inclinan hacia el lado del mundo marino.
Ingredientes (para 4/6 personas):
- 2 cebollas grandes.
- Sepia o calamar.
- Pescado: merluza, rape, perca…
- Colas de gamba o langostino.
- Ajo.
- Vino blanco (150 ml aproximadamente).
- Nata para cocinar (200 ml).
- Sal, pimienta negra, nuez moscada.
- Placas de lasaña.
- Bechamel.
- Queso rallado.
Utensilios:
- Bol o sopera para remojar las placas de lasaña.
- Cazuela o cacerola.
- Una sartén.
- Picadora o robot de cocina.
- Bandeja de horno.
- Tabla de cortar y cuchillo.
- Cucharón, espumadera o similar.
- Lengua de cocina.
Lo primero de todo
Antes de preparar el relleno de la lasaña, lo primero que debemos hacer es cocer las placas de pasta o ponerlas en remojo si no precisan de cocción (como es mi caso). Para que no se peguen entre ellas, yo suelo colocarlas cruzando unas con otras y, además, añadiendo un chorrito de aceite de oliva al agua donde las sumergimos.
El condumio de la lasaña:
Antes de colocar la cazuela al fuego, debemos cortar las dos cebollas y uno o dos dientes de ajos (según su tamaño y el gusto de los comensales). La sepia o calamar (en mi casos unos chipirones que quedaban en casa) y los filetes de pescado (merluza y perca el día de hoy), perfectamente desespinados, los cortamos a dados y los dejamos escurrir al máximo.
Colocamos la cazuela sobre el fogón y cubrimos como 2/3 partes de la superficie del fondo con aceite de oliva. Cuando esté bien caliente vertemos la cebolla y bajamos un poco el fuego. Removemos constantemente para que no se nos queme y para que no nos deje ningún sabor desagradable. Cuando esté doradita, añadimos el ajo bien picado, la sepia y los dados de pescado. Cuando lo veamos ya un poco rehogado, añadimos también el vino blanco, la pimienta y la nuez moscada. Esperamos a que reduzca un poco el vino y, después, añadimos la nata y llevamos al punto de sal y pimienta que nos guste.
Mientras dejamos que se cocine el relleno de la salsa, marcamos en una sartén con un poco de aceite las colas peladas de los langostinos o gambas. No hay que cocinarlas en exceso.
Cuando veamos que la salsa del relleno comienza a espesarse, la retiramos del fuego y la dejamos reposar unos 10 minutos para que se atempere. A continuación, la trituramos con la ayuda de la picadora o el robot de cocina. La idea es que quede una textura no excesivamente líquida tipo mouse que nos permitirá después cortar y repartir las raciones de la lasaña con mucha facilidad. Probad y rectificad de sal y pimienta, si fuese necesario.
Si disponéis de tiempo suficiente, es preferible preparar este relleno un par de horas antes del montaje de la lasaña. Primero porqué, pasado ese tiempo, podremos rectificar y conseguir la textura deseada. Si vemos que nos ha quedado demasiado líquida podemos retirar el caldo sobrante que habrá quedado en suspensión o también podemos colar o filtrar la salsa. Si la vemos muy espesa podemos añadir un chorrito de agua y diluirla con la salsa. Y, en segundo lugar, porqué al colocar el relleno caliente sobre las placas de pasta en ocasiones éstas se doblan o se encogen. Con el condumio a temperatura ambiente evitaremos esto.
Montando la lasaña
En primer lugar, pondremos unas gotas de aceite de oliva en la fuente de hornear y untaremos bien todo el fondo con la ayuda de la mano. Después, disponemos una capa de placas de pasta.
Seguidamente la recubrimos con otra capa del relleno de un dedo de grosor, aproximadamente. Colocamos algunas de las colas de gamba distribuyéndolas a lo largo de esta capa de salsa y, a continuación, colocamos otra capa de placas.
Repetimos la operación: cubrir con una capa de la salsa de aproximadamente un dedo de espesor y repartir las gambas que nos quedan sumergiéndolas en el relleno. Cubrimos con la tercera y última capa de placas.
Sobre ésta se dispone la bechamel que distribuimos por igual con la ayuda de una lengua de cocina. En mi caso, he usado una bechamel que se comercializa preparada, pero podéis prepararla vosotros mismos siguiendo cualquier receta que tengáis o que podéis encontrar en la red. Colocamos el queso rallado (yo he rallado una porción de queso manchego curado) y espolvoreamos con pimienta negra y nuez moscada. Lo colocamos en el horno a una temperatura de 180º durante 20 minutos.
Es importante dejar reposar la lasaña un periodo de al menos 15 minutos tras retirarla del horno y antes de servirla. En mi opinión es un plato que se disfruta bastante más si toma templado que recién sacado del horno.
Y, si os sobra un poco…
¡no veas cómo está al día siguiente!
No soy yo precisamente muy de comida italiana y pasta pero quitándole el queso del gratinado podría comerla perfectamente. Porque el pescado me gusta y mucho.
¿Es de tu recetario propio o familiar? ¿O tal vez inspirado en algún restaurante?
Pues la preparó una vez mi hermano hace años para la familia y me impresionó tanto que la repliqué a mi manera a los pocos días. Mi aportación fue la de meter algún cefalópodo (sepia o calamar) y la de triturar el relleno.