Escrito por: José Ruiz
Fecha: 6 octubre, 2013
Restaurante L’Almàsera
Dirección: Cl Abadia, 20 C.P.: 03828 Margarida – Planes
Teléfonos: 965 51 43 14 y 699 46 81 95
Tipo de cocina: de mercado, con guiños al recetario local
Precio de la experiencia: 31 € por persona
Aniversario VinoWine
Este sábado decidimos los cuatro salir de excursión para estirar las piernas (que no sea todo comer). Anduvimos cerca de tres horas entre olivos y viñedos, por los campos de nuestra comarca Alicantina.
Pero, claro está, decidimos “compensar tanto ejercicio” disfrutando de una agradable comida. Además teníamos algo que celebrar: ¡1 año de vida de VinoWine y sus 100 post publicados!.
Los pueblos de la montaña
Elegimos adentrarnos en los pueblos de la montaña, por La Vall d’Alcalà y Vall D’Ebo. José Enrique y Cath propusieron ir a L’Almàsera de Margarida, pedanía de Planes de la Baronía, en la Provincia de Alicante.
Inexplicablemente esta zona es más visitada por los turistas o residentes extrajeros de la costa que por los lugareños o nacionales. No lo entiendo, pues merece mucho la pena por sus paisajes, excursiones y, desde ahora puedo afirmar, por su restauración.
En una antigua Almazara
El restaurante está ubicado en un antiguo molino de aceite del siglo XV. De ahí su nombre L’Almàsera, almazara en valenciano. A la vez es también casa rural y ofrece apartamentos turísticos.
Quienes restauraron este edificio lo hicieron con gran respeto por la tradición local y con mucho gusto. Para decorar, añaden a los elementos rústicos otros étnicos, más cuadros y otras obras de arte que están en exposición y a la venta.
Ambiente relajado y agradable
Dispone de un comedor interior y de una terraza exterior con magnificas vistas al valle, pero que no guarda la cuidada trama decorativa interior. Las mesas suficientemente separadas, sin vestir completamente, sólo con manteles individuales. Las sillas cómodas. La cocina está abierta, a la vista del comensal.
Entorno relajado y sosegado que invita a disfrutar de la tranquilidad que propician estos pueblos de interior, apartados del turismo costero de masas. La belleza del paisaje del incipiente otoño me provoca una sensación de tranquilidad, sosiego y paz.
¿Qué hace un alemán en Margarida?
En cuanto entras te recibe amable y cariñoso, simpático e ingenioso, el propietario del establecimiento: Michael.
Obligada pregunta ¿qué hace un alemán en Margarida? Nos contó que en 1997 vino por un tiempo pero se quedó. Cambió su Alemania natal por Margarida y sus estudios de medicina por su afición a la cocina. Este encantador anfitrión habla perfectamente el español, además de su lengua y el inglés e incluso el valenciano.
Nos contaba que inicialmente el negocio se explotó como Casa Rural, pero desde el 2007 abrió el restaurante al público en general y no sólo a los huéspedes.
Michael en la sala y cocina, ayudado por Inés
Michael ejerce de cocinero y también en la sala, con acertados consejos y precisas explicaciones sobre los platos que ofrece. El servicio es cercano, natural y acogedor. Se ayuda de Inés en la cocina, contable convertida a cocinera, natural de Jávea que también sucumbió al encanto de estos pueblos de interior. Forman muy buen equipo.
Cocina con productos Km. 0
Procuran abastecerse de proveedores próximos, seleccionados por su calidad y especial cuidado en aquello que hacen. En la mayoría de las ocasiones se trata de productos ecológicos y naturales. Nos contaba Inés que tienen un pequeño huerto propio y le gusta pasearse por el entorno y recoger verduras salvajes.
Estilo propio de cocina
Ofrecen una cocina basada en el buen producto con guiños al recetario local. Su cocina tiene algo de fusión, de reinterpretación y de nuevas combinaciones, de productos y platos tradicionales presentados de otra manera.
Ofrecen una carta corta, pero interesante, que consta de un par de ensaladas, cuatro o cinco entrantes, otros tantos principales y un par de postres caseros según temporada.
“Hoy día la gente nos pide menú”
Dada la demanda de los clientes, ofrecen tres menús distintos que cada semana cambian en función de lo que mejor prové el mercado.
- El menú Almàsera, por 16 €. Consiste en una ensalada, entrante, principal y postre.
- El menú gourmet degustación por 22 €. Consta de aperitivo, ensalada, dos entrantes, principal a elegir entre dos o tres opciones y postre.
- El menú de noche de tapeo por 16 €. Selección de tapas del cocinero.
Acompañan estas viandas con un tierno y sabroso pan de elaboración casera
Carta de vinos escueta
La carta de vinos es muy escueta, apenas una docena de referencias, aunque también tenía otras propuestas fuera de carta. La organizan por tipos, indicando su procedencia geográfica y una breve descripción y cata de cada uno de ellos.
La cristalería adecuada y el vino se sirve a temperatura correcta. El servicio del vino sigue los rituales mínimos de presentación, prueba y primer relleno, para luego funcionar en régimen de autoservicio.
Optamos por el menú gourmet degustación
Vamos con los platos degustados.
Crema de coliflor y boniato con rizos de bacon ahumado. Al servirnos este entrante y probarlo, busqué la mirada cómplice de Ana, sabíamos que era un buen presagio. Si el resto de la comida, estaba a la altura de esta elaboración, íbamos a disfrutar y, así fue. Una fina crema, en la que predomina el sabor de la coliflor suavizada por la dulzor del boniato, graciosamente contrastada con el crujiente del bacon y su potente aroma ahumado.
Ensalada de otoño con manzanas y pastel de poltrota y espárragos verdes. Mezclum de hojas verdes, finas láminas de manzana, cacahuetes garrapiñados, acompañadas de una terrina de pasta de poltrota trufada de crujientes espárragos verdes. La pasta del embutido quedaba muy suave y armonizaba acertadamente con el resto de acompañantes.
Minxo de verduras del bancal y salazón. Plato típico de la gastronomía propia de la comarca de los valles de la Marina y de Alcalá. Torta de maíz acompañada de acelgas y melva en salazón. Sin sorprender pero muy buena ejecución.
Bonito con col lombarda. Buen producto y bien cocinado, tan sólo algo más que marcado y rebozado con crujiente y tostado sésamo. La col estaba aderezada con una original salsa que le daba un contrapunto dulce y combinaba a la perfección con el túnido.
Principales a elegir: conejo relleno, carrillera de ternera o cevapcici de cordero. Mi elección fue el conejo que estaba relleno con magro de cerdo y acompañado con una suave salsa de salvia. Aunque probé los tres y todos muy correctos, tal vez el más original y el que más me gustó fue el cevapcici de cordero, unas albóndigas de cordero deliciosas.
Postre casero: tarta de manzana y nata con canela. Buena ejecución y combinación. Cath disfrutó de un postre algo más especial: un bizcocho bañado con una reducción de fondillon, acompañado de helado de toffee. Estaba muy bueno ¿que por qué lo sé? pues porque también lo probé… si es que soy un… “metecucharas”
Rápida y exitosa adaptación del menú para nuestra vegetariana
La condición ovo-lácteo-vegetariana de Cath, es siempre una prueba de fuego para cualquier restaurante. Constatas su capacidad de adaptación al cliente y de improvisación. En esta ocasión pasaron la prueba de fuego con nota, fueron capaces de adaptarle el menú degustación a sus requerimientos alimentarios de una manera más que satisfactoria.
Cerveza, cava y tinto
Empezamos la comida con unas cervezas, seguimos con un correcto Cava brut rosé, Dominio de la Vega y un sabroso, potente y mineral Caliza 2009 de Marques de Griñon, un coupage de syrah y petit verdot que hacía tiempo no bebía y que me encantó reencontrar. Después de los cafés, y por gentileza de la casa, rematamos la sobremesa con Maigmó de Vins del Comtat. Un dulce, moderadamente dulce, monovarietal de monastrell.
Tras la sobremesa, estuvimos charlando con Michael e Inés. Un gusto conocerles.
Recomendable restaurante en un bonito entorno, con trato muy agradable y una cocina sorprendente que no te dejará indiferente. Parece que los foráneos saben apreciar lo auténtico de nuestra tierra…
¿Conoces otros restaurantes regentados por extranjeros en España?
La verdad es que el local es precioso. Bastante lejos de un restaurante al uso.
La coliflor, que tiene un sabor bien marcado, nunca la he probado así y mira que a mi madre era un plato que le encantaba pero al estilo tradicional.
Es una cocina distinta a la nuestra, al final los productos pueden parecerse pero los modos de prepararlos difieren y mucho.
Yo también me quedo con esas albóndigas de cordero y sin dudarlo con esa tarta de manzana que tiene una pinta………..
Enhorabuena por esos primeros cien post, gracias por los momentos que me hacéis pasar y gracias por ser un claro referente para aprender día a día a como hacer mejor las cosas.
Un saludo y hasta ya muy pronto que ganas no me falta de conoceros.
Muchas gracias por tus palabras Jon, aunque nos abruman y nos ponen colorados, también nos dan aliento para continuar realizando esta labor, que como ahora tu bien sabes, ni es fácil ni sencilla.
Eres uno de nuestros más fieles lectores y sin duda el más participativo, por lo que muchas gracias a ti por seguirnos.
Esas ganas de conocernos son mutuas, ya queda menos de un mes.
Un abrazo
Pingback: Aniversario de VINOWINE - Vinowine
Una pareja joven con ganas, como gusta eso.
Es cierto, da gusto ver a gente emprendedora y encantada con su trabajo (eso se transmite).
Un saludo Óscar
Pingback: Dónde comer en la montaña de Alicante - Vinowine
Muy bien todo está todo buenísimo. Yo he tenido el gusto de conocer al cocinero y es una bellísima persona, como cocinero y como persona. Es muy detallista y perfeccionista.
Te queremos Miguel